Caras Inspiration abrió su ciclo de charlas en el Teatro Seminari de Escobar. Los testimonios de Constanza Orbaiz y José Ramirez, sabiamente hilvanados y enriquecidos por la mirada y la conducción de Karina Mazzocco, movilizaron un teatro colmado por más de 350 espectadores.
La aceptación, como disparador del encuentro, fue el tema que convocó a Constanza Orbaiz (35) quien sufrió parálisis cerebral al nacer, para demostrar que es una poderosa herramienta para fortalecerse. Constanza reafirmó que la aceptación nada tiene que ver con la resignación. La resignación es un punto de llegada, la aceptación, un punto de partida. Y ella, desde ese lugar, construyó un camino diferente y hoy, es una reconocida psicopedagoga.
La uruguaya Jose Ramirez (20), actriz, cantante y bailarina, conocida gracias a un video que reposteó Daddy Yanquee y que se hizo viral con más de 7 millones de likes, pasó muchas noches preguntándose cómo había sucedido eso. “Fue en el momento de mi vida en que me amé y me acepté con todos mis defectos y virtudes tanto físicas como emocionales. Uno tiene que ser la mejor versión de uno. Amarse y aceptarse”.
Para Constanza, la aceptación fue la ruta de la transformación: “La parálisis cerebral es muy amplia y a los dos años no daban ningún diagnóstico. Algunos decían que iba a poder caminar, otros decían que no. Que iba a poder hablar pero otros decían que no. Fue difícil crecer con incertidumbre pero estuve acompañada de gente amorosa que decidió vivir el día. Mi mamá me decía que conmigo había aprendido a vivir el día a día. Fue un desafío. Todavía nos cuesta integrar en la escuela, imagínense en el ámbito universitario. Por suerte hubo una institución que me abrió las puertas con ganas de acompañarme. Tuve que aceptar que iba a estudiar diferente. Si pensaba hacer la carrera, no iba a ser al ritmo de todos. Fue un trabajo mío, pensar un camino posible. Decidí hacer mi carrera en el doble de tiempo, lo que me permitía tener algún día para mis terapias. Fui conociendo a mis profesores, algunos más cercanos otros con temor, pero con ayuda pude conseguirlo”. Hoy, Orbaiz trabaja en un colegio, tiene sus propios pacientes, habla diferente y se mueve lento, pero los resultados que logra con los chicos que llegan a su consulta, son admirables. Quizás porque ella entiende como nadie que cada uno de ellos necesita cosas diferentes.
Jose Ramirez mide 1,50 y es un huracán. Arriba y abajo del escenario. Extrovertida y genuina cuesta trabajo imaginarla aislada. Sin embargo no tiene buenos recuerdos de su vida escolar ni del secundario. “No la pasaba bien, sufrí mucho y estoy tan agradecida de haberla pasado tan mal, porque me hace disfrutar más los buenos momentos de hoy. Yo fui la primera en aceptarme; uno empieza por uno mismo y después todo lo demás cambia. Cuando yo me saqué tabúes, los que me habían impuesto y los que yo misma me había impuesto, la gente comenzó a aceptarme. Empecé a amarme. Nunca me había pasado de mirar una foto o un video y decirme me encanta, subir algo con convicción. Porque muchas veces vivimos para el ojo ajeno en lugar de disfrutar el momento que nos toca vivir”
A su turno, Constanza reflexiona sobre la discapacidad asociada a la enfermedad como un enfoque retrógrado. Y con sentido del humor dice que no quiere quedar mal con las monjas, cuando Mazzocco le pide que cuente una anécdota. “Tenía nueve años, jugaba en la vereda con un karting y en eso pasa una monja, me mira, se hace el signo de la Cruz y dice ojalá que te cures! Sin dudarlo, le contesté: no estoy enferma, estoy curada. En mi casa jamás escuché mi condición en términos de enfermedad o de salud. Para mí, enfermedad era tener fiebre. La discapacidad vista como una enfermedad es una visión muy antigua que existió hace muchos años, cuando había hospicios para alojar a las personas con discapacidad. Estamos en 2019. Uno tiene una discapacidad, una condición que lo limita para algunas cosas y necesita apoyos y hay que hacer hincapié en los apoyos, porque gracias ellos puedo desarrollar mi carrera, viajar y vivir sola. Ustedes se imaginan, yo que no puedo agarrar una copa ¿Puedo vivir sola? Pues sí, y es por el apoyo de mucha gente que pensó en qué necesito yo para hacerlo y no se quedó con lo que no podía hacer”.
Jose coincide con Constanza en la importancia de los apoyos. “Mi gran apoyo fue mi familia. Se enfrentaron a instituciones y sin el apoyo de ellos, no estaría acá. Tiraron a la basura el qué dirán y sólo se enfocaron en hacerme feliz. Me escucharon. Estuvieron atentos, sin ese amor es difícil. Es fundamental que los padres escuchen a sus hijos y, sobre todo, en la adolescencia. Yo estaba ciega, estaba sumergida en el no. El no es la primera barrera que uno se pone para auto limitarse. ¿Cómo vas a bailar? ¿Cómo te va repostear un artista? No podés tener un novio, no me sale, no puedo, y te llenas la vida de no. Tuve la suerte de encontrar a Emir, alguien que sufrió como yo; que tuvo que bajar mucho de peso y fue él quien me dio la mano y me dijo vamos a cambiar el mundo. No me juzgó, me alimentó. Hicimos un video y me sugirió subirlo. Le dije que no, que estaba loco. El me contestó: ‘¡Jose miráte!’ y me vi disfrutando. Fue un momento donde no me juzgué, sólo gocé y tanto, que tuvo 7millones de likes”.
Al momento de ofrecer su conclusión, Constanza dejó claro que siempre pensó en su camino de aceptación. “Hay que buscar diferentes formas para ser y hacer. No todos tenemos que hacer lo mismo en el mismo tiempo. Está bueno respetar el propio ritmo. A veces nos caemos y se nos viene todo encima. Pero, cada día tenemos una nueva oportunidad para reinventarnos. Mientras que Jose centró su mensaje en el disfrute: “Disfrutar del proceso de uno, porque todos somos únicos e irrepetibles. La felicidad es compartir, abrir los ojos, respirar y darle importancia a la familia y a los amigos” .
Laura Russo, Diputada Nacional e impulsora de “Caras Inspiration” tuvo a su cargo el cierre de la exposición. Destacó la importancia del encuentro y de todos los que generen la posibilidad de repensar el lugar de las mujeres. Le agradeció a su madre, orgullosa y presente en la platea, el apoyo que siempre le dio, como así también la gestión de su compañero, el intendente, Ariel Sjarchuk, por dedicar parte de la gestión municipal al desarrollo de políticas para la capacitación con salida laboral para mujeres víctimas de la violencia de género. “Las placeras son leonas de la vida que también rompen estereotipos y han sacudido sus vidas, desterrando la violencia de género. Cuidan a nuestros hijos en las plazas para que todas las podamos cuidar como ningún hombre ha sabido cuidarlas. Es el ‘Siglo de las Mujeres’ y estamos cambiando el mundo, rompiendo estereotipos. No se trata de mujeres súper poderosas. Las protagonistas somos nosotras, cuando desarrollamos todo nuestro potencial y somos capaces de inspirar a otras para que también se levanten y capaciten. Tenemos que construir un mundo con espacio para todos, un mundo posible para todos. Cada sueño que cumplimos es un pasito más para todas las mujeres que vienen detrás”.
Para la despedida, Jose Ramirez mostró arriba del escenario qué era lo que había cautivado a Daddy Yanki. Sonó “Con Calma” y “el huracán Jose” contagió la alegría y las ganas de bailar. Entonces, no quedaron dudas que la aceptación es una herramienta eficaz para cumplir sueños.