Los estudios de Carolina de Mónaco: de la filosofía a la moda

Carolina de Mónaco, la princesa que cautivó generaciones con su extravagancia y estilo, demostró que su talento no solo se limita a la moda. Con una formación universitaria en filosofía, combinó su amor por la reflexión y pensamiento crítico con su increíble capacidad para la moda, creando así una combinación única que la convirtió en una figura icónica en ambos campos.

Los estudios de Carolina de Mónaco: de la filosofía a la moda

El 23 de enero de 1957, nació Carolina de Mónaco en la biblioteca del Palacio, por pedido de su madre, la habitación se había forrado en color verde con la idea de seguir una tradición de origen irlandés. Desde muy pequeña, tanto ella como sus hermanos crecieron cercanos a la realidad, con el fin de llevar una vida sencilla, por decisión de Grace Kelly, mamá.

Los tres niños recibieron educación de una institutriz en el Palacio Principesco de Mónaco pero posteriormente, Carolina fue matriculada en el colegio ‘Las Damas de San Mauro’. Pero cuando llegaban sus vacaciones se iba a Estados Unidos, para participar de campamentos de verano y con la idea de pasar tiempo con su familia materna.

Mostrando un interés excepcional por el pensamiento crítico y la reflexión, cuando cumplió la mayoría de edad empezó a estudiar filosofía en la Universidad de la Sorbona en París. Allí conoció a Philippe Junot, con quien decidió casarse teniendo solo 21 años, pese a la negativa de sus padres. Su matrimonió tan solo duró dos años, por una infidelidad del empresario.

A pesar de su formación filosófica, la moda siempre ocupó un lugar especial en la vida de la hija de la actriz. Desde joven, fue una musa para diseñadores de renombre como Karl Lagerfeld, con quien mantuvo una estrecha amistad a lo largo de los años. Su estilo elegante y glamoroso se convirtió en rápidamente en una referencia para el mundo de la moda, dándole lugar en portadas de revistas en reiteradas ocasiones.

La combinación de su formación filosófica y su pasión por la moda ha resultado en una sinergia única y poderosa. Su increíble capacidad para combinar el pensamiento crítico con la creatividad inspiró a muchos diseñadores  a explora nuevas formas de expresión dentro de su trabajo, profundizando así sus proyectos.

Con sus atuendos impecables, interpretados a la perfección para cada una de sus salidas, la hermana de Estefanía de Mónaco, es un claro ejemplo de sofisticación y estilo. Los estudios de Carolina de Mónaco son un testimonio de su pasión, creatividad y compromiso, su capacidad para combinar la filosofía y la moda crearon una sinergia única que dejó una marca indeleble en ambos campos.

VDV