La historia de la monarquía española está llena de decisiones controvertidas y momentos determinantes que moldearon su presente. Uno de esos episodios gira en torno a la Infanta Elena, primogénita de los reyes eméritos Juan Carlos y Sofía, y la razón por la que nunca pudo ocupar el trono a pesar de haber nacido como la primera hija de la pareja real.
Los motivos por los que la Infanta Elena no pudo ser reina
La revista alemana “Bunte” recuperó recientemente este tema, recordando cómo una decisión histórica privó a la infanta de convertirse en jefe de Estado. Elena, conocida por su carácter campechano y su fuerte personalidad, heredó el espíritu indomable de los Borbón y la elegancia discreta de la reina Sofía. Sin embargo, estas cualidades no fueron suficientes para garantizarle un lugar en la línea sucesoria, marcando así un hito de desigualdad de género en la historia moderno de la monarquía.
La clave para entender este hecho se encuentra en la Pragmática Sanción de 1830, una ley impulsada por Fernando VII que derogó la Ley Sálica para permitir que las mujeres pudieran reinar, siempre y cuando no hubiera un heredero varón. Este marco legal, que permitió el ascenso de Isabel II al trono, sigue vigente en la Constitución de 1978. Sin embargo, cuando los llamados “padres de la Constitución” redactaron el texto, el rey Juan Carlos intervino directamente para asegurar que su hijo Felipe, nacido en 1968, se convirtiera en príncipe de Asturias y futuro monarca, desplazando a su hija mayor.
Según el libro “Yo, el Rey” de la periodista Pilar Eyre, durante una conversación con Adolfo Suárez, el entonces presidente del gobierno, el rey Juan Carlos fue contundente al abordar el tema: “Elena no puede reinar y punto en boca. Hay un chico, ese tiene que heredar”. Con esta declaración, el monarca dejó claro su postura, asegurándose de que Felipe VI ocupara el lugar que, por lógica dinástica, podría haber sido de Elena.
Una decisión que marcó un antes y un después en la vida de la Infanta Elena
La figura de la infanta Elena siempre ha estado envuelta en fascinación y misterio. Su carácter abierto y versatilidad para relacionarse, la han convertido en un personaje querido, pero también enigmático. Sin embargo, su vida pública ha estado limitada en los últimos años, según señalan algunas fuentes, debido a la decisión de la Casa Real de mantenerla en un perfil bajo.
En su momento, la decisión de priorizar a Felipe sobre Elena no generó gran controversia. Pero, en el contexto actual, donde la igualdad de género es un tema central, la historia adquiere un significado distinto, La infanta Elena no tuvo voz ni voto en una decisión que cambió el curso de su vida y de la historia dinástica de España.
N.L