La enemistad y el distanciamiento del Príncipe Harry con su padre Carlos III parece haber llegado a su fin luego de que el benjamín de la familia haya regresado a Gran Bretaña luego de muchos años de exilio. Si bien el hijo más chico de Lady Di había renunciado a sus deberes reales dentro del Palacio de Buckingham y se encuentra viviendo desde hace cinco años en Estados Unidos junto a Meghan Markle y sus hijos Archie y Lilibeth, sigue manteniendo lazos con la corona inglesa.
Tal es así que, en su arribo a Inglaterra, mantuvo una reunión secreta con su padre y actual dueño de la corona, al cual la prensa denominó como una “cumbre de paz”.

El pacto al que llegaron Carlos III y Harry
Desde que comenzó su relación amorosa con Meghan Markle, el príncipe Harry estuvo inmerso en una serie de comentarios y polémicas por parte de los integrantes de la monarquía de Inglaterra. Al parecer, su abuela, la fallecida Reina Isabel II, no aprobaba su vínculo con la actual duquesa de Sussex por su lejanía al linaje de la corona, como así también por su tono de piel. Estas resistencias de clase, sumada a su rebeldía innata, lo llevó a renunciar a los beneficios que le propiciaba su título nobiliario y se mudó junto a su esposa y sus dos hijos a Estados Unidos.
No obstante, su regreso al suelo europeo generó que el patriarca quisiera mantener una reunión con su heredero para trazar un lineamiento a seguir. Según informaron desde el medio Daily Mail, el royal de 41 años podrá regresar a su país natal "cuatro o cinco veces al año para eventos públicos". Asimismo, estas jornadas nada tendrán que ver con su vínculo familiar, sino para poder desarrollar sus compromisos laborales alejados de la realeza.

"El Rey es un hombre indulgente, pero ha sido absolutamente claro al defender la decisión de su difunta madre de que no puede haber miembros 'mitad dentro, mitad fuera' de la familia real trabajadora", aseguró el medio citado. Además, los encargados de divulgar esta información subrayaron que el encuentro nada tiene que ver con su presencia en actos vinculados a la Corona, debido a que rápidamente se puso en tela de juicio de que este permiso podría afectar al desarrollo institucional de su hermano Guillermo: "Quienquiera que esté detrás de esta información parece haber confundido un breve té y una rebanada de pastel con el Tratado de Versalles".
Por su parte, el príncipe Harry sigue sin viajar a Londres debido a cuestiones de seguridad. Al despojarse de los privilegios que se ofrecía el ser un integrante del Palacio de Buckingham, es él mismo el que tiene que abogar por la protección de su esposa y de sus pequeños herederos. Esto lo llevó a presentar un recurso de amparo, pero fue desestimado por la justicia local. “Algunos miembros de mi familia no me van a perdonar haber escrito un libro y nunca me perdonarán por otras muchas cosas, pero me encantaría una reconciliación con mi familia. No tiene sentido seguir peleando más”, expresó en una entrevista para la BBC.

Ahora, este acercamiento abriría un nuevo horizonte entre los lazos familiares y diplomáticos entre Harry y Carlos III, quienes irían en búsqueda de recomponer su vínculo limando asperezas y dejando atrás las adversidades del pasado.
NB

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