miércoles 27 de agosto del 2025
REALEZA Hoy 18:06

Cartier creó una tiara para la monarquía de Mónaco: cómo es y todos sus secretos

Su historia comienza con la princesa Charlotte y se prolonga hasta hoy en los estilismos de la princesa Carolina.

Tiara Pearl Drop que ahora usa Carolina de Mónaco
Tiara Pearl Drop que ahora usa Carolina de Mónaco | REDES

La tiara Pearl Drop es uno de los tesoros más valiosos de la monarquía de Mónaco. Su historia se remonta a la princesa Charlotte, duquesa de Valentinois y madre del príncipe Rainiero III, quien la recibió como parte de su joyero personal. No existe certeza sobre si se trató de un regalo de bodas o de una adquisición posterior, pero lo que sí está documentado es su origen: fue creada por Cartier, la legendaria firma de joyería francesa.

Cómo es la tiara que creó Cartier para la monarquía de Mónaco

La pieza destaca por la maestría de su diseño. Está elaborada en oro y platino, con una estructura de arcos que se entrelazan armónicamente y que recuerdan al estilo de las grandes tiaras de principios del siglo XX. Cada arco está engastado en diamantes de talla brillante, lo que le confiere un esplendor único como pocas joyas. De esta base penden nueve perlas naturales de origen oriental, cuidadosamente seleccionadas por su tamaño y tonalidad uniforme. El contraste entre el brillo frío de los diamantes y la calidez de las perlas la convierte en un objeto de refinamiento absoluto.

Tiara Pearl Drop que ahora usa Carolina de Mónaco
Tiara Pearl Drop que ahora usa Carolina de Mónaco

Tras el fallecimiento de la princesa Charlotte en 1977, la tiara pasó a integrarse al patrimonio de los Grimaldi. Desde entonces, ha estado disponible para los distintos miembros de la familia, aunque hay una figura que se ha identificado especialmente con ella: la princesa Carolina de Mónaco. La princesa la ha lucido en numerosas ocasiones oficiales, dándole peso e importancia a la pieza en la nueva generación de la monarquía.

La Pearl Drop representa la historia de la alta joyería europea. Cartier, fundada en París en 1847, fue durante décadas la casa preferida de emperatrices, reinas y aristócratas, consolidando un estilo inconfundible en el diseño de tiaras. La elección de la firma para elaborar esta joya refuerza el vínculo entre Mónaco y las grandes casas de la moda y el lujo francés.
 

Hoy, la tiara se mantiene como una de las piezas más icónicas del joyero real del principado. Su aparición en galas y ceremonias oficiales no solo aporta elegancia, también recuerda el legado de la princesa Charlotte y la continuidad de la tradición dinástica a través de los Grimaldi, especialmente, de Carolina de Mónaco, que ha sabido convertirse en un ícono de elegancia y moda en Europa. En cada aparición pública, la Pearl Drop reafirma su lugar como símbolo de poder, distinción e historia familiar.

 

F.A

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