martes 18 de febrero del 2025
REALEZA 13-02-2025 15:00

Las crisis de Jaime de Marichalar y la infanta Elena por sus gustos en la intimidad

La expareja tuvo un matrimonio complejo, cargado de rumores.

Jaime de Marichalar y la infanta Elena
Jaime de Marichalar y la infanta Elena | AFP

Cuando en 2009 la infanta Elena y Jaime de Marichalar anunciaron su divorcio, el mundo se sorprendió. Sin embargo, con el paso del tiempo, surgieron detalles que revelan que la separación podría haber ocurrido mucho antes si no hubiera sido por las circunstancias de la familia real y la salud del exduque de Lugo. Ahora, nuevas versiones apuntan a que sus diferencias en la intimidad fueron un factor clave en el desgaste de su matrimonio.

Desde el principio, la relación entre la primogénita de Juan Carlos I y Sofía de Grecia y el aristócrata Jaime de Marichalar fue vista como un enlace marcado más por las obligaciones que por el amor. A diferencia de sus hermanos, que lograron casarse con las personas que realmente amaban, se dice que Elena nunca estuvo completamente enamorada de su marido.

De hecho, en los días previos a la boda, habrían existido dudas por parte de la infanta. Se rumorea que estuvo a punto de abandonar la ceremonia, pero finalmente cedió ante la presión de su familia y cumplió con su deber real. Con el tiempo, la falta de gestos de cariño públicos entre ellos alimentó aún más las especulaciones sobre la falta de conexión sentimental.

Jaime de Marichalar

Diferencias irreconciliables entre la infanta Elena y Jaime de Marichalar

Uno de los aspectos menos conocidos de su matrimonio fue el desajuste en sus expectativas y deseos en la intimidad. Según fuentes cercanas a la expareja, Jaime de Marichalar tenía una visión más apasionada y experimental de la vida conyugal, mientras que la infanta Elena mantenía una postura mucho más conservadora.

El carácter reservado de la infanta y su falta de interés en la vida íntima generaron una distancia que se volvió insalvable con el tiempo. De hecho, se dice que, mientras Jaime buscaba mantener viva la chispa de la relación, Elena consideraba la intimidad como un aspecto secundario en su matrimonio.

A pesar de las diferencias, la pareja intentó consolidar su unión con la llegada de sus hijos, Froilán y Victoria Federica. Sin embargo, la maternidad no logró unirlos lo suficiente como para salvar su relación. Con el tiempo, las discusiones y la falta de compatibilidad fueron pesando cada vez más en la convivencia.

Jaime, además, tenía un carácter volátil, pasando de la alegría a la ira en cuestión de segundos, lo que hizo que la infanta se sintiera emocionalmente agotada. Aunque públicamente se mostraban como una pareja estable, en privado las tensiones eran constantes.

Hoy en día, la infanta Elena sigue soltera y no se le conoce una pareja formal desde su separación. Por su parte, Jaime de Marichalar mantiene diversas ocasiones acompañado de amistades femeninas, aunque no ha formalizado ninguna relación estable.

VO

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