jueves 30 de enero del 2025
REALEZA Hoy 13:12

Las graves adicciones de Miguel Urdangarin

El hijo de la infanta Cristina enfrentó un 2024 complejo en donde dio rienda suelta a un costado poco saludable.

Miguel Urdangarin
Miguel Urdangarin | X

En los últimos años, Miguel Urdangarin atravesó una de las etapas más complejas de su vida. Con un entorno familiar expuesto a la opinión pública y un estilo de vida sin grandes restricciones, el joven experimentó problemas de adicción que lo llevaron a necesitar tratamiento especializado. Sin embargo, hoy parece haber encontrado un rumbo más estable, con el apoyo de su círculo más cercano y nuevas decisiones que lo alejan de los excesos del pasado.

Desde su adolescencia, Miguel Urdangarin había una vida con cierta libertad y pocas responsabilidades. Pero esa comodidad pronto se transformó en una desorientación que, sumada a ciertas amistades y hábitos perjudiciales, terminó afectando su bienestar.

El punto de quiebre llegó en 2024, cuando una lesión lo obligó a tomarse un año sabático. En ese momento, decidió instalarse en Zarzuela junto a su abuela, la reina emérita Sofía. Sin embargo, lo que parecía ser un tiempo de descanso y recuperación se convirtió en un período de descontrol, donde las salidas nocturnas y el consumo de sustancias comenzaron a marcar su rutina.

En Madrid, Miguel se integró a un grupo de jóvenes que, al igual que él, disfrutaban de un estilo de vida sin responsabilidades laborales o académicas. Los bares y fiestas se volvieron parte de su día a día, situación que preocupó a su familia. Su hermana Irene, quien también atravesaba un período de incertidumbre tras su fracaso académico en Ginebra, compartía parte de este círculo de amistades, lo que agravó la preocupación de sus allegados.

Cómo logró recuperarse Miguel Urdangarin

Con el paso del tiempo, Miguel tomó conciencia de la necesidad de un cambio. La intervención de su familia y el tratamiento psicológico que ya venía realizando desde hacía años fueron clave para que lograra distanciarse de los hábitos nocivos que lo habían afectado.

El respaldo de su madre, la infanta Cristina, y de su abuelo, el rey Juan Carlos I, fue determinante en su proceso de recuperación. Además, su relación con su novia, Olympia Beracassa, ha jugado un papel positivo en su vida, ya que juntos han encontrado actividades y proyectos que lo mantienen alejado de los excesos del pasado.

Actualmente, Miguel redujo drásticamente su contacto con su antiguo grupo de amigos y comenzó a adoptar un estilo de vida más saludable. Si bien el camino no fue fácil, el joven parece estar enfocándose en reconstruir su vida con mayor estabilidad y responsabilidad.

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