Una vez más, la salud de la reina Sonia de Noruega vuelve a generar inquietud en el entorno de la realeza escandinava y entre sus seguidores en todo el mundo. La monarca consorte, de 87 años, fue hospitalizada de urgencia el pasado lunes 21 de abril en el Hospital Nacional de Oslo tras sufrir dificultades respiratorias mientras disfrutaba de unos días de descanso en la tradicional cabaña de la familia real, ubicada en Sikkilsdalen, en el centro del país.
La situación se tornó crítica rápidamente y obligó a su traslado inmediato en una ambulancia aérea. La noticia fue confirmada por la Casa Real noruega a través de un comunicado que, aunque escueto, generó un gran impacto mediático. “Su Majestad la Reina fue ingresada para someterse a exámenes debido a una dificultad para respirar”, detallaron en la publicación oficial.
Afortunadamente, tras una noche de observación y estudios médicos, la reina Sonia fue dada de alta al mediodía del martes. Las autoridades reales aseguraron que su estado se ha estabilizado, pero también señalaron que la reina se tomará toda la semana para recuperarse, motivo por el cual canceló su agenda oficial.
El historial médico de la reina Sonia que preocupa a Noruega
Se trata del tercer episodio médico grave que atraviesa en lo que va de 2025. En enero, Sonia sufrió una arritmia mientras esquiaba durante unas vacaciones en solitario. Aunque en ese momento recibió el alta rápidamente, el equipo médico optó por intervenirla quirúrgicamente para colocarle un marcapasos, con el objetivo de prevenir futuros episodios cardíacos.
Hasta no hace mucho, Sonia era considerada uno de los pilares más firmes y saludables de la familia real noruega, especialmente en comparación con su esposo, el rey Harald V, de 88 años, quien en los últimos años ha estado ausente de numerosos actos oficiales por problemas de salud. Harald también fue sometido a una cirugía en febrero de 2024 para la colocación de un marcapasos, tras descompensarse en un viaje a Malasia.
La familia real no está pasando por su mejor momento. A los problemas de salud se suma el impacto público del caso judicial que involucra a Marius Borg, hijo mayor de la princesa Mette-Marit, quien fue denunciado por dos presuntos casos de violación. El escándalo provocó un repliegue de la familia, que desde entonces mantiene el perfil bajo.
Los compromisos cancelados de la reina Sonia incluían una visita a la iglesia Sofienberg, que está siendo remodelada para convertirse en un centro cultural, y la inauguración de una muestra en el Museo Nacional de Oslo. Su equipo médico recomendó reposo absoluto para evitar recaídas.
A sus 87 años, la reina Sonia viene demostrando una admirable entrega a sus deberes reales y una vida activa que pocos podrían sostener a su edad. Sin embargo, este nuevo susto encendió las alarmas sobre el futuro inmediato de la corona noruega, y reavivó el debate sobre la posible transición de responsabilidades al príncipe Haakon.
VO
