Tras la última aparición pública de Kate Middleton y su esposo, el príncipe William, se reavivó una vieja polémica en la que la duquesa de Cambridge se vio envuelta años atrás. Luego de sus vacaciones de verano reales junto al príncipe George, la princesa Charlotte y el príncipe Louis en el Caribe, la pareja compitió en la regata de la Copa del Rey en la isla de Wight. Esta participación abrió una antigua herida que la esposa del hijo de Lady Di le causó a una de las organizadoras del evento, en 2011.

Remontándonos al año 2007, Middleton -quien en aquel entonces estaba separada de William- comenzó a entrenarse de forma ardua para competir una carrera de barcos de dragón. Sin embargo, al retomar su amorío con el príncipe, Kate se vio obligada a retirarse. Según el biógrafo Andrew Morton, en su libro de 2011 "William and Catherine", la joven tuvo que renunciar a su libertad y vida habitual al unirse a la familia real nuevamente.
"Ella se retiró de la carrera de botes dragón en agosto con solo una semana para el final". La organizadora de la carrera, Emma Sayle, reveló una íntima charla que mantuvo con la duquesa, en la que le rogó que por favor no se diera de baja de la competencia: “Recordá que esto no es sólo para caridad, es por vos misma, como mujer. Por favor no abandones. Por primera vez en tu vida estás haciendo algo por vos mismo".

Según Morton, este pedido fue totalmente en vano: "En un momento crucial en su vida, Kate eligió jugar según las reglas del Palacio". Así mismo, Sayle relató la pesadilla en la que se vio envuelta luego de la renuncia de la esposa de William: “Fue una de las peores experiencias de mi vida. Lamento el día que conocí a Kate Middleton. Es una niña encantadora, pero todo lo que viene con ella -los paparazzi, los egos y Clarence House- la convirtió en una pesadilla".
Cabe destacar que el equipo de remo estaba listo -con Kate como miembro fundamental- para competir en una regata de caridad, que tomaría lugar en el Canal de la Mancha. El dinero recaudado sería destinado para caridad. “La amiga de Kate, Alicia Fox-Pitt, también tuvo que abandonar después de romperse la clavícula en un accidente de conducción. Alicia, sin embargo, viajó a Dover para despedir al equipo en lo que resultó ser un esfuerzo récord mundial. En cuanto a Kate, fue como si los últimos tres meses de "relativa independencia" se hubieran convertido en una "mudanza" a otro país: la "hermandad" nunca más volvió a saber de ella; ni siquiera recibieron una palabra de felicitación o una donación a las organizaciones benéficas para niños por las cuales las mujeres recaudaron más de £ 100,000 ", agregó Morton.

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