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Aunque cumple con algunas pocas tareas protocolares que le autorizó su hijo, el rey Felipe VI (53), la reina emérita Sofía (82) no sonríe desde hace largo tiempo.
Los españoles, que la definen como “La reina triste a la que le cuesta levantarse cada mañana”, la siguen respetando y amando aunque no así al rey emérito Juan Carlos I (83) que se encuentra retirado en Abu Dhabi desde hace largos meses y donde recibió su vacuna contra el COVID.
Esta semana también Sofía tuvo un feliz llamado en el que la convocaban para ser vacunada. Y, como cualquier español más, se presentó en el “Centro de Salud de El Pardo-Fuencarral” y recibió la primera dosis.
Pero esta buena noticia tampoco sirvió para que esbozara una pequeña sonrisa.
Ya que por la tarde del mismo día se enteró que en una de las tantas noches de protesta en Barcelona, el graffitero Roc Blackblock había realizado un mural con los rostros de Juan Carlos I, Felipe VI y el general Francisco Franco con flechas en sus rostros y cabezas, más la leyenda “Ladrón” bajo la figura de su ex marido, relacionando la monarquía con la dictadura.
Un disgusto más para sumar a sus días de tristeza y depresión. Como para levantar su ánimo, Sofía realizó una videoconferencia para participar de la reunión anual del “Queen Sofía Spanish Institute” en el que colabora activamente desde hace años.
Pero sus allegados y el sitio Guacamouly.com aseguran que la última vez que su reina emérita tuvo una alegría fue el 2 de noviembre de 2018 cuando pudo reunir a toda su familia alrededor de una mesa, en la Zarzuela, para celebrar sus 80 años. Después de aquella velada, todo ha sido oscuro y con noches de llanto para ella.
