Hace un año casi que ni se conocían. Pero como el destino suele reservarse sorpresas, vaya si las hubo en el 2015 para Ivana Figueiras (28) y “Tomi” Guarracino (25). Con los dos civilmente separados, fue en mayo cuando Cupido decidió entrar en acción. Una breve visita del modelo a Buenos Aires coincidió con un partido de fútbol que por nada del mundo él se quería perder: el cuartos de final por la Copa Libertadores entre River y Cruzeiro, de Brasil. Y cuando “Ivi”, a quién recientemente había conocido formalmente, lo invitó a un palco de su familia en el Monumental, aceptó encantado. La suerte no estuvo del lado de sus corazones futboleros esa noche, ya que los brasileños terminaron ganando, pero si los acompañó sentimentalmente. Ella había arreglado con una amiga para ir a cenar, pero la “atracción fatal” ya había hecho su parte y la noche tomó un rumbo in love. “Yo estaba soltera hacía unos nueve meses, probaba de salir con uno y otro, pero nada me gustaba. Ya me encaminaba a ser de esas solteras a los que todos quieren presentarle a alguien, porque no había caso. Esa noche fui con cero expectativas, pero a partir de ahí todo se fue dando”, recuerda la dueña de la marca “Pompavana”, quien a fines del 2014 se había distanciado de Sebastián Ortega (42). Tomás, que venía de cortar con la modelo Victoria Furnari (24), supo desde el primer momento que la conoció a Ivana que ella sería la madre de su primer heredero. “Siempre fui muy familiero, y la idea de ser padre venía rondando. Uno no puede saber cuando será, hasta que encontré a la persona para mí. Conectábamos muy bien, nos complementábamos muy bien, todo estaba dado para que fueramos por más. Después de esa noche ella vino a mi cumple en Miami, tambíen pasamos unos días en Nueva York, se fue dando una cosa detrás de la otra. Y acá estamos”, confiesa uno de los preferidos del fotógrafo Mario Testino (61) y de la diseñadora Carolina Herrera (77).
Ya integrados como familia con la presencia de Juana (7), la hija que Ivana tuvo a los 20 años, los tres pasaron unas vacaciones muy a la medida del presente que atraviesan en Punta del Este. Mucha playa y relax, salidas sociales muy puntuales, programas que incluyen a los tres como el recital de “Lali” Espósito (24); una especie de previa a lo que será próximanente la vida de a cuatro. Es que Ivana está embarazada de siete meses, y espera el nacimiento de Suri para abril. ¿Suri? Sí, el mismo nombre de la hija de Tom Cruise (53) y Katie Holmes (37), el nombre que terminó prevaleciendo por sobre Aurora y Cala, como querían ponerle en un principio. “Lo decidimos acá en Punta, y surgió cuando la hermana de ‘Tomi’ propuso Suria. Buscamos y nos gustó más Suri. Una vez en Coconoot Grove con Juana entramos a un local y escuchamos gritar y patalear a una nena como nunca escuché en mi vida. Era tremendo, y cuando nos dimos cuenta por la seguridad y el revuelo que habia, se trataba de Suri Cruise (9). ¡Dios quiera que no tenga esa personalidad!”, se previene Ivana. “Lo elegimos porque es un nombre cero usado, estoy seguro que se va a poner de moda más adelante. Obvio que por llamarse así la hija de Tom Cruise también es interesante”, aporta “Tomi”.
—¿Cómo sobrellevan esta recta final del embarazo de Ivana?
—Ivana: De vez en cuando me mareo, al principio tuve la presión baja, pero en líneas generales bien, mucho más tranquila que cuando tuve a Juana. En ese momento todo era nuevo, tenía 20 años y me invadía el miedo a lo desconocido. Hasta ahora engordé 12 kilos, y a Juana la tuve con 18, pero ella nació un mes antes de lo previsto. Es raro como te cambia todo el cuerpo, y una lo nota mucho más que los demás. Me siento hinchada, pero la gente te consuela diciéndote que es lógico estando embarazada...
—Tomás: Yo la veo más tranquila, más experimentada y acompañada por mí. Nos llevamos muy bien, y aunque parezca que no, esa armonía extra ayuda mucho al proceso del embarazo. Para mi sí es todo nuevo, no conozco mucho de los síntomas o de si es normal que le baje la presión. Trato de informarme por Google, para tranquilizarme cuando se queda sin aire, por ejemplo, y es porque el bebé crece y le aprieta el diafragma.
—Ivana, ¿dónde vivirán cuando nazca Suri?
—Todavía no estamos viviendo juntos, estamos en plena etapa de búsqueda. Lo ideal sería en Nordelta o cerca del Pacheco Golf, porque Juana tiene su vida armada ahí. También está la posibilidaed de irnos a mitad de año a Nueva York, “Tomi” tiene ganas que lo acompañemos de cerca en su carrera. Hay un montón de variantes barajándose.
—Tomás, ¿la paternidad condicionará su carrera?
—La idea es resignar lo menos posible. Tengo una buena carrera armada y quiero ir abriendo nuevas puertas, como la marca de ropa para hombre que voy a lanzar a fin de año. Me encantaría que estemos los cuatro en Nueva York, sino yo puedo ir y venir, quiero ser un padre presente y disfrutar del proceso de crecimiento de Suri.
—¿Qué se dijeron la noche de Año Nuevo cuando levantaron las copas?
—Tomi: Nos propusimos disfrutar de este proceso, porque no todos pueden tener un hijo con la persona que uno eligió. También darle para adelante con el laburo, acompañarnos en las decisiones, y tratar de formar la familia que uno siempre soño.