A Brigitte Macron (64) no sólo la sorprendió la belleza y el estilo de Juliana Awada (43), sino su fluido manejo del idioma francés. Durante la hora que duró la reunión oficial entre ambas primeras damas, la esposa de Mauricio Macri (58) exhibió su ductilidad en la lengua gala, que refinó durante la relación con el empresario belga Bruno Barbier, padre de su hija mayor, Valentina (14). Mujer de mundo, ese upgrade es un pergamino que la empresaria textil esgrime en cada visita internacional.
En la primera gira internacional de 2018, Juliana ensayó un rol que excedió al de acompañante del Presidente. Es que del 1 al 3 de octubre presidirá el Women 20, la cumbre de mujeres en el marco del G20, donde tiene previsto desarrollar un conjunto de actividades en diversas ciudades del país que convergerán en un encuentro final en Buenos Aires. Ese aspecto reforzó Awada durante su encuentro con la mujer del mandatario francés Emmanuel Macron (40), en el Palacio del Eliseo, en paralelo al meeting de sus cónyuges.
“El encuentro fue muy agradable”, puntualizó una testigo del meeting que compartió el diálogo entre la primera dama argentina y su par francesa. La reunión se realizó en la oficina que madame Macron tiene en el Palacio del Eliseo, que al igual que en otras capitales del mundo oficia de residencia y sede gubernamental. Desde la ventana del despacho, Juliana reconoció en los jardines un banco del escultor franco-argentino Pablo Reinoso, cuyo ejemplar se exhibió recientemente en la muestra del Art Basel en la Quinta de Olivos.
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Juliana le relató su experiencia social vinculada a la Primera Infancia y Vida Saludable, y ambas coincidieron en instalar diversas temáticas de género en vistas al W20 porteño.
Como ya es costumbre, Juliana impactó con su look. Eligió un tapado negro bajo el sello de una de sus diseñadoras favoritas, Amelia Sabán para Ménage à Trois, sobre un vestido de un largo midi de terciopelo azul labrado con cuello cisne. El detalle que más llamó la atención fue que, pese a las bajas temperaturas, el diseño elegido por Awada fuese sin mangas. Lo combinó con unas botas leggings coloradas de la firma Balenciaga y la tradicional y clásica cartera “timeless” de Chanel haciendo juego con su calzado.
Brigitte eligió un conjunto de chaqueta y vestido a tono en azul noche envivado con cuero negro de la maison francesa Louis Vuitton —quien la viste en todas sus giras— en corto combinándolo con medias de nylon opacas y zapatos de charol.
Al finalizar, los Macron ofrecieron una cena de gala en honor del matrimonio argentino. Sorprendió que caminaran hasta el restaurante Guy Savoy – Monnaie, calificado con tres estrellas Michelin, pese al operativo de seguridad que supone un encuentro presidencial y en vistas a los recientes atentados que ocurrieron en la capital francesa. El restó está ubicado en el cotizado barrio Saint-Germain-des-Prés, a metros de la catedral homónima y del tradicional Café de Flore, que solía frecuentar el escritor argentino Julio Cortázar.
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En su llegada a Moscú, puerta de entrada a Europa del matrimonio presidencial, Juliana había generado impacto por el uso de un sombrero balde de piel conocido internacionalmente como “bucket hat” o “fisherman hat”, de reminiscencias rusas. Lo acompañó con un equipo total white con una perfecta combinación de texturas: un conjunto de tapado de paño midi blanco, con un pantalón de vestir en crepe de seda de tiro alto y un sweater de angora off white. Según los expertos en moda, el blanco se impone en invierno.
Por su parte, Amelia Sabán, de Ménage à Trois y una de sus diseñadoras favoritas, contó que Juliana la visitó en diciembre para elegir algunos equipos invernales y elegantes con la mirada puesta en la sastrería, ya que esta gira no contemplaba eventos de gala. El resultado fue una valija minimalista con prendas básicas y sofisticadas que tuvieran en cuenta las bajas temperaturas del invierno europeo: tres pantalones, tres tapados y dos camisas.
Para la ceremonia inaugural que se celebró en la Plaza Argentina del distrito de Yakinaka de Moscú, lució un equipo color camel de Ménage que incluyó pantalón de paño tiro alto, abrigo hasta los tobillos, camisa de satén al tono con lazo en el cuello y, para protegerse del frío, guantes de cuero en la misma tonalidad. Lo complementó con una cartera Hermès que combinaba con sus botas.
En su posterior encuentro en Davos con la reina Máxima de Holanda, Awada dejó en claro porqué es la embajadora absoluta del “efortless chic” con una falda plisada en tono hueso, que acompañó a la perfección con un suéter de cuello alto negro y chaleco de piel sintética, en composé. ¿El toque final? Un cinturón con maxi hebilla que engamó con el tono de una discreta pulsera. Por su parte, la esposa del rey Guillermo Alejandro eligió un dos piezas clásico de género invernal: saco entallado y pantalón recto tiro alto en pied de poule en tono bordeaux y blanco, tres pines de insectos de plata que aplicó en la solapa de su abrigo y un par de aros tejidos en piedras de cristal y granates, confeccionados de manera artesanal por el joyero argentino, Celedonio Lohidoy.
“Tuve la oportunidad de reunirme con mujeres inspiradoras como Chetna Sinha (líder social de la India), Sheryl Sandberg (directora operativa de Facebook), Máxima de Holanda, Rebeca Grynspan (economista costarricense) y Malala Yousafzai (la joven premio Nobel de la Paz), con las que coincidimos en que estamos viviendo un cambio de época y que tenemos que unirnos para lograr un verdadero cambio cultural”, reflexionó Awada, quien una vez más dio una cátedra de estilo en su nuevo paso por Europa.
por Diego Esteves
PRODUCCION PERIODISTICA MARIA BOSSI
Fotos: Gentileza Presidencia de la Nación.
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