El paso de promesa a realidad fue virulento, tanto como la carrera de modelo que edifica con la genuina influencia de sus padres. Nacida y críada en Los Angeles, Camila Morrone (18) encontró rápidas referencias de que hacer con su vida cuando observaba de pequeña como su madre, Lucila Polak (36), y su padre, Máximo Morrone (48), se destacaban en el mundo de la moda. Y cuando su progenitor dejó de posar para inmiscuirse en la fotografía, el miedo escénico quedó prematura y definitivamente de lado. “Papá fue modelo muy groso, y mamá también. Por eso de chica me familiaricé con las cámaras, sobre todo cuando papá se convirtió en fotógrafo. Por alguna u otra razón me acostumbre a vivir delante de una cámara, y cuando a los 14 comencé a modelar ya no pude parar. Siempre decía “quiero hacer Victoria´s Secret’”, y el deseo se hizo realidad apenas cumplí los 18”. Segura de si misma y convencida de su potencial, Camila parece sortear etapas a velocidad crucero. Lo que no significa llevarse el mundo por delante, sino que se traduce en corresponder al destino con todo lo que le propició. Belleza, juventud y profesionalismo son su tridente para abrirse paso dentro de los exigentes ambientes donde quiere triunfar: “El año pasado terminé el colegio secundario, ahora hice una pausa con los estudios para saber donde estoy parada y, si el tiempo me lo permite, comenzar la universidad. Estoy viendo si puedo compatibilzarlo con el trabajo, como carreras me encantan psicología y lenguas. Sueño con llegar a ser un ángel de “Victoria’s Secret”, porque todavía no lo soy, y después dedicarme por completo al acting”, deslizó en su reciente paso por Buenos Aires, donde fue convocada por Ricky Sarkany (55) para protagonizar la gráfica de la marca y un Fashion Film publicitario.
Tal cuál se empeña en aclarar, Camila debe cumplir los 21 para aspirar a ser un “angel” de la emblemática marca de lencería. Pero el paso previo lo cumplió con creces, ya que protagoniza con otras dos modelos la gráfica de “Pink”, la línea adolescente o universitaria de “Victoria´s Secret”. “No soy ángel de VS, porque vi que mucha gente me identifica con eso. Por supuesto que espero serlo algún día, tuve que esperar mucho tiempo para cumplir los 18 y poder hacer la campaña de Pink. Mi familia, que me conoce bien, sabe que moría por hacerla. Y cuando la publicidad salió a la calle todos me decían “congratulations”, porque sabían que era mi sueño”. Enrolada en la prestigiosa agencia de modelos IMG dentro del sector “Development”, Camila alterna su residencia entre Los Angeles, donde su madre vive con el actor Al Pacino (75), y Nueva York, donde se concentra su trabajo de modelo. “Yo trabajo y viajo por el mundo, no me quedo en una ciudad más de cinco días”, se ufana. Y dentro de esa vida de trotamunda, Camila celebró por tener que viajar a Buenos Aires, la ciudad de sus padres y de sus abuelos. “Nunca vine acá por más de dos semanas, me encanta porque tengo la oportunidad de visitar a mi familia. Cuando se da la oportunidad, como ahora, me vengo corriendo”, explicó. Y para que los deseos de Sarkany de tenerla en su campaña se hicieran realidad, mucho tuvo que ver un dato no menor: Federico Polak (71), ex vocero de Raul Alfonsín y abuelo materno de Camila, fue el abogado de Esteban Sarkany, el padre de Ricky. La casualidad sirvió para allanar el camino; el diseñador se contactó con la agencia Lo Management, que maneja a la modelo en la Argentina, y con la intermediación necesaria del tío de “Cami”, Federico Polak (hijo, 33), las negociaciones tuvieron un final feliz. “Le preparamos una agenda especial para las 48 horas que estuvo en el país. El primer día fue todo de fotos y filmación en un galpón de La Boca. Fueron doce horas de trabajo extenuante, y al otro día ella nos pidió especialmente hacer un Meet & Greet con sus fans en el local de Alcorta. Se acercaron más de 400 chicas a saludarla, ella ya es toda una influencer en las redes sociales. De ahí nos fuimos al restó 900 para presentarla y compartir su presencia con unos treinta referentes”, cuenta Ricky, acostumbrado a realizar campañas de fuerte peso social y mediático.
La circunstancia de que Al Pacino pase a ser parte de su familia formateó su otra pasión, que es la actuación. “Vengo tomando clases hace cuatro años, estudio y me gusta mucho. Pero voy a empezar realmente cuando tenga tiempo y pueda dedicarme por completo”, comentó. Y cómo el nombre del afamado actor siempre ronda su figura, Camila pone cada cosa en su lugar: “Al es la pareja de mi mamá hace diez años, y obviamente tenemos una buena relación. Pero nada más, nada de los consejos ni de la amistad especial que la gente se imagina”.