Las miradas se cruzan y no cabe duda que entre Dallys Ferreira (30) y su hija India
hay una conexión especial. Con tan sólo 2 meses de vida, la pe-queña se hace entender a la perfección y así, rápida, la madre la atiende y sabe qué es lo que necesita. No hace faltan berrinches ni llantos. Sólo una mirada.
Sus chispeantes ojos color cielo, tienen a la actriz totalmente embelesada y cada instante es propicio para llenarla de besos en cada milímetro de su cuerpito suave y rollizo. “Nuestro vínculo es muy especial, porque nos conocemos desde el primer instante. Cada etapa de mi embarazo la viví a pleno y siempre estuve muy involucrada. Me fui informando sobre el crecimiento de ella y por eso la conozco tanto”, confiesa emocionada.
Dallys siente que está atravesando el momento más importante de su vida y lo grita a los cuatro vientos. Desde que vino de Paraguay, su país natal, hasta ahora, atravesó un camino muy sinuoso hasta encontrar un lugar en el mundo del espectáculo y allá quedaban su mamá y sus hermanos. Hace dos años su hermano Jonathan de 20 años se suicidó inesperadamente y eso sumió a Dallys en una profunda depresión de la que salió con la ayuda de su pareja, Nicolás, el haberse acercado a la religión y con un apoyo psicológico. “Fue todo muy difícil, pero yo elegí el camino de la felicidad. Fue un proceso muy duro pero ahora estoy bien. India es mi broche de oro. Ella es un acto de amor que llegó después de buscar mi sanación y cuando ya estaba lista para su llegada”, y agrega: “El parto fue una dolorosa y hermosa experiencia que valió la pena y cuando vi su carita me enamoré. India es una beba sana y vital y mi deseo es que sea buena persona y tenga felicidad. Es lo único que vale la pena”.