Por su glamour y elegancia, causa sensación en cada lugar que visita. El jueves, la primera dama Juliana Awada participó de un almuerzo en su honor, organizado por la Embajada del Líbano. Siempre sonriente y simpática, conversó con los presentes y agradeció la invitación al embajador Antonio Andary y su esposa, Carol Khouri, quienes le obsequiaron un cedro con la reliquia de San Charbel.
En el grato encuentro de mujeres, Awada estuvo acompañada por su madre, Elsa "Pomi" Baker de Awada y sus hermanas, Zoraida y Leila. Las invitadas al ágape eran embajadoras acreditadas en Argentina, esposas de embajadores y amigas. Para su segunda visita a la sede libanesa, Juliana Awada eligió un vestido en tono nude, con detalles en negro y manga corta, de Menage à Trois. La firma de Amelia Sabán es una de las más elegidas por la primera dama. Por ejemplo, el protocolar diseño que lució en su visita al Papa contaba con el sello de la marca argentina.
Antonio Andary se refirió al origen de Awada, ya que su padre, Abraham, había nacido en el país que representa. Ella, por su parte, se emocionó al recordar su historia familiar. "Destaco a los libaneses en los países de emigración, donde son conocidos por ser leales a la tierra que los vio nacer o al país al cual emigraron huyendo de la injusticia y de la persecución", indicó el embajador en su discurso, en el que también hizo referencia a los problemas que atraviesa el país en la actualidad.