La complicidad de la noche. Las burbujas del champagne. La magia del show. Los brillos y el roce de una mujer y un hombre. A pesar del frío de la noche del sábado 28 de mayo en el foyer del Maipo repentinamente subió la temperatura. "¡No sé qué está pasando que todo está al revés... No culpes a la noche..!", cantaría Luis Miguel. Moria Casán celebró su última función con la exitosa “The Hole” y entre sus invitados de lujo dos presencias se cruzaron y su roce provocó chispas. En un lugar privilegiado se ubicó Vicky Xipolitakis mientras en el extremo opuesto, promediando la función, ocupó un palco el diputado bonaerense del FPV José Ottavis, sorpresivamente su ex novio desde el 25 de mayo. Sus miradas ni siquiera se cruzaron pero sí coincidieron al finalizar la obra en la intimidad del camarín de la diva. Allí se vivió un momento tenso que ellos intentaron minimizar y continuar con una velada que debía ser de fiesta. Rumores en los días previos a esa noche habían especulado con una especial relación que sorpresivamente había nacido entre Moria y Ottavis.
"Yo no me hago cargo de ningún rumor. Y no tengo culpa de separaciones ni nada por el estilo. A José lo conocí el año pasado, en septiembre más o menos, por un amigo en común que es Ramiro Trejo. Después Galo (mi asistente) y Vicky le pidieron ayuda cuando estuve presa en Paraguay. Pasó el tiempo y me enteré que se había puesto de novio con ella. Hace unos meses nos invitó a un asado en el quincho de su oficina y hace una semana, estando Vicky en Miami, nos agasajó a todo el elenco en su casa por las 100 funciones. Yo descubrí un ser humano maravilloso. E inmediatamente pegamos una gran sincro intelectual. Con Vicky había cortado mi relación a partir del episodio del avión y ella quedó muy amiga de Galito. Entonces lo empecé a ver más seguido a él que a 'Xipo'. Y me enteré que se habían separado por Twitter. José fue al teatro en varias oportunidades —incluso organizó una 'vaquita' para reunir plata y llevar a la función a 60 militantes de la Cámpora que jamás habían ido al teatro— y me dijo que el show le abrió la cabeza. Porque él es como un actor frustrado; ya que siendo muy pendex estuvo en 'Grande Pa' y actuó desde los 8 a los 17 años, además de bailar tango, y le fascina el trabajo de los actores que tanto aportan a la cultura de un país", cuenta Moria muy relajada y, como ella misma aclara, sin hacerse cargo de los rumores.
Mientras Ottavis, por su lado, tampoco esquivó las explicaciones. "En mi relación con Vicky ya hay una decisión tomada. Es una manera de ver el amor, de arrancar una relación y de cerrarla. No hubo infidelidades de por medio. Y no estoy de duelo porque no se murió nadie. Yo era un prejuicioso y en un momento pensé que las historias de amor entre políticos y actrices que veía en la tele podían ser arreglos y, la verdad, después me arrepentí. No creo que con Vicky haya una reconciliación en términos de noviazgo pero sí la tiene que haber a nivel personal. No puede resolverse todo peleándose, que para ella sea todo blanco o negro. Siento que estamos en sintonías diferentes. Y no es una relación en la que nos hayamos lastimado. Yo quiero enamorarme, casarme y cumplir el sueño de tener una hija. Y hoy no puedo decir que quiero tener un hijo con ella porque no estamos de novios. Tengo un hijo de 12 años; soy un papá con una mochila y con un laburo complicado... Con ella me volví a reír y estoy seguro que nuestras vidas van a volver a cruzarse. Lo nuestro duró 4 meses y eso es muchísimo por la intensidad con la que los vivimos. La verdad, yo laburo muchísimo y ella es una mujer que se merece una atención que capaz yo no pude darle. Sé que todos los días se pueden hacer mejor las cosas y en eso estoy", repitió a CARAS el diputado entre tímido y seductor.
"¡No se les ocurra olvidarse de vivir pero con alegría y sin culpas!", gritó a viva voz Moria al despedirse del escenario y sus palabras parecieron un mensaje al mejor estilo de un "frisbee".
"Como mi filosofía de vida, yo siempre me priorizo. Y estoy dispuesta a vivir todo lo que la vida me ponga por delante sea con quien sea. No puedo negar que se trató de una situación incómoda. Muy almodovariana. Pero José es una persona espectacular y un buen ajedrecista para sortearla. Descubrí que los dos manejamos de igual manera el juego seductor. Es encantador, simpático, generoso, buen padre, carismático y tiene una brillantez que borra de un plumazo a todos los políticos. Y yo soy una bruja del momentismo, del ahora. Por eso no dudo en decir que somos muy buenos amigos", asegura la espectacular mujer verborrágica, enfundada en un outfit de Carmen Steffen. Y cuando se intenta ahondar en su corazón tampoco se calla y va más allá. "Mi corazón está divino y expectante. Es lo único que sigo teniendo virgen. No está herido ni anestesiado; sino siempre dispuesto a vivir lo mejor. Yo jamás me manejo entre dudas, por eso lo preservo. Mi sabiduría me sirve para descartar el dolor. Y en ese punto me acerco a la cultura oriental, al budismo. Tampoco me dejo manejar por la culpa sino por lo que te inculcan. Porque descreo mucho de esa carga de culpa que te da la religión..", confiesa consciente de ser una provocadora serial.
"A Moria la admiro profundamente y la quiero mucho. Dice cosas claras y muy concretas. Tiene una lengua sabia pero a mí no me da el piné para llegar a una mujer como ella. Disfruto sus charlas y compartir nuestros costados intelectuales. Soy un tipo que no está enojado con la vida. Y me encantaría ser su amigo por toda la vida. Tener un compañerismo permanente. Moria me impactó con su pensamiento y como mujer. Es una mujer completa. Ella apuesta a la cultura como un espacio para que los artistas se comuniquen cumpliendo su rol. Eso es política. Y a mi la política me seduce porque también, como político, soy un seductor. Ella como mujer y actriz es seductora y yo, como político, seduzco. Nos juntamos dos fuertes personalidades", asegura Ottavis sin hacerse demasiado cargo del escándalo que lo acecha ya que esa noche, Vicky no lo dejó ni un minuto solos.
Más canchera en estas lides, Moria recoge el guante y, como ya es su costumbre, va por más. "A mí me fascina la política pero desde mi lugar de artista provocadora. Yo apoyé públicamente a Cristina Kirchner porque me encanta la ‘vaginocracia’, el gran coño sudamericano con mujeres como Dilma Rousseff y Michelle Bachelet. Yo hago política en el escenario y ahora vuelvo con Marcelo Tinelli con quien tenemos una relación muy especial. Jugamos. Yo puedo colocarle la pelota para que él haga el gol. O él me tira la pelota y yo se la devuelvo como Maradona, Pelé y Messi juntos...", concluye Moria dejando la puerta abierta para que la vida, con toda su adrenalina, vuelva a sorprenderla.