Fue una mágica mixtura entre descanso y conexión, un encuentro sensible y merecido entre padre e hija. Martín Virasoro, Especialista en Counseling y Director del ISFC (Instituto Superior de Formación en Counseling), pasó diez días con su hija Mía Virasoro Calabró —fruto de la relación con Marina Calabró— en las paradisíacas playas del Caribe Dominicano. "Amé hacer este viaje con Mía. Tuvimos momentos de charlas profundas, nadamos con delfines, nos fotografiamos con papagayos, navegamos y comimos muy rico", afirma antes de explicar que su otro hijo, Matías Virasoro Guerrero, no pudo acompañarlos porque está estudiando Derecho en la Universidad Católica y tenía finales.
Feliz por los inolvidables instantes compartidos con su hija en ese entorno natural de ensueño, Martín describe cómo la pasó. "Con Mía nos disfrutamos mutuamente, me dio mucha felicidad el poder devolverle un poco del tiempo que le robo durante el año por cuestiones laborales. Con ella tenemos una relación muy profunda, de mucho amor. Por eso le voy a estar siempre agradecido a Marina (Calabró) por acompañarme en esta aventura de ser padres de esta hermosura", concluye.