La bandera flameaba en lo alto y el Himno Nacional Argentino comenzaba a sonar. Intentado contener las lágrimas, entonó con fuerza las estrofas finales de la canción patria. Hoy, para la judoca Paula Pareto ese "¡o juremos con gloria morir!" cobró un nuevo significado tras la hazaña lograda el sábado 6 de agosto, cuando la joven de San Fernando se alzó con la medalla de Oro en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro.
"¡Estoy feliz! En cualquier torneo que gano una medalla me pongo re-contenta, pero pensar que soy campeona olímpica me emociona. Todavía no caigo", confiesa.
Pareto es una de las deportistas que más crecimiento ha tenido en los últimos diez años. Participó en "Beijing 2008", donde obtuvo la medalla de bronce, y en Londres 2012 no logró llegar al podio, tras terminar en el quinto puesto. Sin aún poder creerlo, compartió en Twitter una foto con la presea dorada. "Y si te despertás y tu sueño se hizo realidad??? #goldmedal #olimpicchampion #rio2016 #judo #jjoo #feliz", escribió.
La joven medallista ostenta otro título que la hace sentir tan orgullosa como el oro: el 9 de enero de 2014 se recibió de Médica, tras años de esfuerzo. "Todo se puede en la vida. No hay que dejar de estudiar para hacer deporte ni eliminar el deporte porque se quiera seguir una carrera. Hay que proponérselo. Y poner ganas", asegura.
Durante sus años de estudio en la Universidad de Buenos Aires, Paula dividía su tiempo entre los entrenamientos y los apuntes. "La clave es aprovechar cada minuto. Cuando hacés una cosa sabiendo que tenés poco tiempo, la hacés cien por cien. Aprendés a utilizar bien los tiempos. Cuando me iba a entrenar o volvía a casa en colectivo, me llevaba cosas para leer o escuchaba clases de medicina grabadas", recuerda.
Hoy todo ese esfuerzo rindió sus frutos, y la joven que decía que los Juegos Olímpicos de Beijing serían su "debut y despedida", hoy celebra su tercera participación en el certamen y se refiere a Río como su "última Olimpíada", aunque no descarta competir en "Tokio 2020". "Creo que los de Brasil serán los últimos. Cuando vuelva de Río tengo ganas de dedicarme a la medicina y ser mamá. Por edad podría llegar bien a Tokio, con 34 años, pero no lo sé... Hoy mi prioridad es hacer la residencia en traumatología o medicina del deporte, que son las ramas que más me llaman la atención", expresa.
Si bien la maternidad es uno de sus sueños, la judoca confiesa que es un proyecto a largo plazo y que aún espera encontrar a la persona con la que pueda formar su tan ansiada familia. "Cuando estás tan enchufado en el deporte, a veces perdés un poco el foco. Las parejas llegan aunque es difícil que entiendan el tema de los viajes y las ausencias. Pero no me resigno: ¡A la vuelta de los Juegos me voy a hacer el tiempo!", expresa.
Con varios premios en su haber, Paula fue la invitada de honor de la Gala Aniversario de CARAS, realizada en el Mansión Aberg Cobo en 2011, para celebrar los diecinueve años de la revista. Acompañada por el presidente del Comité Olímpico Argentino, Gerardo Werthein, Pareto posó junto a la medalla de Bronce, obtenida en “Beijing 2008”, el Oro de los Juegos Panamericanos de México de 2011, y la Plata del Campeonato Mundial, llevado a cabo en Samoa el mismo año.
Con sus lágrimas logró emocionar a un país entero que siguió de cerca cada una de sus peleas y celebró el Oro con ella. Cumplió su sueño de convertirse en la mejor judoca y dejó su huella en la historia del deporte argentino, al ser la primera mujer argentina en ganar una medalla dorada en unos Juegos Olímpicos. "Tiene un gran valor realmente. No lo sabía. Ni siquiera lo había pensado. Pero también es valioso porque el judo es visto casi exclusivamente como un deporte de hombres, por lo que esta victoria pone al judo y a la mujer en un lugar de privilegio", concluye.