Sonríe y asiente con la cabeza. La propuesta lo seduce y se entrega con total entusiasmo. Cuando Federico Amador (41) comenzó a leer los libros de “ADDA” (Amar después de Amar) supo que además de formar parte de un selecto elenco de actores, integrado por Eleonora Wexler (42), Isabel Macedo (41) y Mariano Martínez (38), se enfrentaba a un desafío personal.“Desde un primer momento me atrajo la historia, sobre todo por la forma de contarlo, con saltos temporales del presente al pasado. Fueron varios meses de laburo intenso y estoy feliz con los resultados y la aceptación de la gente. Lo primero que me planteé para interpretar a Damián fue no juzgarlo ni criticarlo. El objetivo era alejarlo del mujeriego. Que sea un tipo normal que se encuentra con algo que se le escapa de las manos y que no puede evitar”, explica el actor, pareja de Florencia Bertotti (34) desde hace 7 años, que en el papel de un prestigioso empresario pesquero y padre de familia, comete una infidelidad que de semboca en tragedia.“No veo una condena social por parte del público que mira la novela, al contrario. Mucha gente se identifica con mi personaje y lo entiende. Son más esos que los que no lo comprenden”, aclara.
—Dice que para interpretar a un infiel se propuso no juzgarlo. ¿Cuál es su postura sobre el adulterio?
—No soy un tipo infiel por naturaleza pero tampoco ando juzgando a los demás. Cada uno es como quiere y hace lo que puede. Yo creo en la monogamia y me parece que antes de entrar en una situación así, habría que terminar la otra relación. No me parece bien andar con dos parejas en paralelo a no ser que estén blanqueadas. Es algo que trae grandes consecuencias y no está bueno. Y si a uno le pasara, debería sincerarse y hacer lo que tenga que hacer.
—¿Alguna vez lo engañaron o fue engañado?
—Jamás me pasó algo parecido pero me imagino que no podría perdonar una infidelidad. Me tendría que pasar, pero creería que no. Y no guardaría rencor ni me quedaría con odio o bronca. Seguiría mi camino. Creo que por más bien que uno esté con la pareja que tiene, si se comete un engaño significa que algo tiene que estar haciendo agua en esa relación. Algo tiene que estar faltando.
—Comparte escenas eróticas con Eleonora Wexler, su amante en la ficción. ¿Son un peso o fluyen de manera natural?
—No hay carga extra. Son tomas muy profesionales con un equipo detrás y confiamos mucho en los directores. En este tipo de escenas hay un gran respeto y se lo encara de esa manera, sin lugar al chiste. Eleonora es una actriz súper generosa y una persona muy cálida con la que no había trabajado. Las escenas se hablaban en los ensayos.
—¿Su pareja, Florencia Bertotti, las mira o prefiere evitarlas?
—Ni una cosa ni la otra. Cada tanto miramos el programa juntos para seguir la historia pero por ahora no nos tocó ver una de estas escenas estando juntos. Entonces no te puedo contar cómo lo atravesó Flor. (Risas). Pero somos los dos actores y sabemos que son escenas que pasan una vez cada tanto, no es algo frecuente y forma parte del trabajo, por eso se lo toma de esa manera. No hay mucho para pensar. Somos dos personas de carne y hueso y esta profesión tiene esta particularidad. Para el que lo está actuando no hay una carga ni un fantasma ni nada, es hacer otra escena más. Pero no dejamos de ser personas y, obviamente, al que le toca mirar seguramente algo se le mueve adentro. Aunque en el fondo uno sabe que no es más que una escena de las 15 del día. Yo no soy celoso, los celos creo que son un 5% de realidad y un 95% armado en tu cabeza, entonces trato de no hacerme el bocho porque te volvés loco. Confío en mi pareja y si estamos juntos es porque nos queremos y nos elegimos.
—En una entrevista su mujer aseguró que “se ganó la lotería” con ud. ¿Se hace cargo de eso?
—(Se ríe) No sé... Lo que puedo decir es que como pareja tratamos de vivir todo con alegría y acompañándonos, respetando los momentos del otro. Eso nos mantiene juntos. Es importante escuchar y estar atento al otro y al día a día. La paciencia, mantener el humor y no tomar las cosas tan personales. Además, nuestros hijos se llevan muy bien entre ellos entonces ayuda mucho. Se quieren, juegan y desde el respeto se armó algo muy lindo. ¿Si me imagino pasando por el altar..? No es un tema tabú pero tampoco es algo que esté en nuestros planes próximos. Puede ser, la vida nos irá diciendo. No llevamos una rutina; yo viajo, ando mucho en el campo y ella está abocada a su marca de ropa y a sus canciones.
—¿Cuida mucho su imagen?
—¡No, pero debería! Sobre todo a partir de cierta edad, pero la verdad soy bastante rústico en ese sentido. Sí hago ejercicio y deporte porque es una de mis grandes pasiones desde chico. Corro y voy al gimnasio tres o cuatro veces por semana, hago gym y juego al fútbol. Pero no soy coqueto ni uso cremas; no me cuido en lo absoluto. Para vestirme si tengo un evento o una reunión importante mi mujer me tira algún tip. Sino yo me pongo la primera remera que veo, la que está arriba de todo. Y los perfumes que tengo me los ha regalado mi mujer y no sé las marcas. (Se ríe).
—Es papá de Vito (10) y Ciro (7). ¿La paternidad lo completa?
—Totalmente, es el rol que más me gusta en el mundo. Ellos viven en Rosario y viajo sin excepción todos los fines de semana para estar con ellos. Ser padre es mi gran motor y mis hijos son mi orgullo. Primero están ellos y después estoy yo, el trabajo y los hábitos. Me gustaría tener varios más, no sé cuántos. Me visualizo el día de mañana con una barba blanca y rodeado de nietos, ese es mi objetivo en la vida.
por Sabrina Galante
Fotos: Gabriel Machado para Estudio Machado,
Cicala y Morassut. Agradecimientos: Mia, Liguria,
Joggers, Silla Argentina, Terán. Estilismo: Fonrouge Laboratorio de estilo. Make up: Lucía Lipovich.
Pelo: Peluqueros Contemporáneos.