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ACTUALIDAD 10-04-2017 10:21

Palito Ortega y Evangelina celebraron las bodas de oro

"Queríamos casarnos ante nuestros nietos". Galería de fotosGalería de fotos

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El 2 de marzo de 1967, cuando Ramón “Palito” Ortega (76) y Evangelina Salazar (70) dieron el sí en la Abadía de San Benito de Buenos Aires —siendo la primera boda transmitida en vivo por televisión—, la pareja soñaba con formar una familia numerosa. Pero jamás imaginaron que 50 años después iban a revalidar sus votos, primero en el Vaticano ante un papa argentino de nombre Francisco, y luego en Argentina ante sus seis hijos, Martín (47), Julieta (44), Sebastián (43), Emanuel (39), Luis (36), Rosario (31) y sus seis nietos Bautista (16) e India (12) —hijos de Emanuel—, Dante (15), Paloma (14) y Helena (11) —hijos de Sebastián con Guillermina Valdés— y Benito (10), hijo de Julieta e Iván Noble. “Para mí el hogar es lo más importante de la vida. Si no hubiese tenido una compañera como ‘Eva’ apoyandome en todo, no habría logrado nada. La vuelvo a elegir cada mañana“, aseveró Palito durante la madrugada del sábado 1 en el hotel Faena ante los 80 invitados a la fiesta de sus bodas de oro que le regalaron sus hijos. El matrimonio no aceptó obsequios, sólo había una urna en el salón para que las personas donaran dinero a la Parroquia Cristo Obrero de la Villa 31, en honor al padre Mugica.

Con una ambientación en tonos pastel, con mesas altas y bajas tipo cocktail y livings en el jardín, a cargo de Armando Cazón, los novios compartieron con sus íntimos un catering que incluyó finger foods centrado en ceviche, cordero, pollo y verduras. Mientras en la pantalla gigante sucesivas imágenes recorrían la historia de amor del cantante y la actriz, Palito se apoderó una vez más del micrófono. Invitó al escenario a Evangelina y expresó:“Esta mujer me hace la persona más feliz del mundo. Queríamos casarnos nuevamente ante nuestros nietos e hijos y esta noche lo cumplimos”. Sonaron los acordes de sus éxitos y el artista llamó a cada uno de sus amigos. El momento más divertido de la celebración llegó cuando el cantautor hizo una versión de “Sabor a nada” con Cacho Castaña. La sorpresa la dieron Oscar Martinez y Beto Casella entonando los clásicos de Ortega. Y las lágrimas aparecieron cuando el legado artístico se sintió en la voz de Rosario, en las manos de Benito tocando la batería y en las sutiles interpretaciones de Dante de las canciones de su ídolo, Ed Sheeran. “El amor para toda la vida existe. Ramón fue mi primer beso, mi primer novio y mi único hombre”, concluyó Evangelina antes de que Palito la besara apasionadamente.

por Naiara Vecchio

Fotos: Ernesto Pagés. Fabián Atilio Fotos.

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