El pequeño departamento de la pareja, en el barrio de Villa Urquiza, parece enorme desde que llegó el nuevo integrante de la familia. Rodrigo Noya (23) y su mujer, Sofía Sorrenti (21), jóvenes padres primerizos a partir del nacimiento de Bautista, hace tres semanas, están resplandecientes.
“'Bauti' nació por cesárea, pesó 3,640 kilos. Presenciar el parto fue impactante, la verdad es que es una sensación que no se compara con nada. No tenía miedo, pero estaba muy ansioso tratando de contenerla a 'Sofi'. Después lo tuve yo al bebé toda la noche, porque ella no se podía mover. Fue una noche tremenda, de mucha intensidad, lo tenía a Bautista en brazos y estuve toda la noche despierto. Al otro día, llegó la hora de la visita, y cuando vinieron los abuelos, les pasé el bebé y me dormí. ¡No me desperté hasta las tres de la tarde! Charlaban bajito por mí y no por el bebé (Risas)”, comenta el actor que está ensayando una obra que se llamará “El Consorcio”, que hará con su tío Jorge Noya, quien también es actor.
Bautista está super mimado y despierta ilusiones. “Estoy a punto de hacerlo socio de Independiente. Que salga como Ricardo Bochini sería mucho pedir, pero si lo viera jugando para el Rojo, ¡me muero! (Risas)”, agrega Rodrigo, que primero pensó en llamar a su hijo Valentín (por la película de 2002, dirigida por Alejandro Agresti, que lo transformó en un precoz y reconocido actor), pero que finalmente eligió llamar Bautista.
La llegada del bebé a la casa provocó una verdadera revolución. “Al principio se dormía recién a las ocho de la mañana, era tremendo. Después se fue adaptando. Ahora descansa bárbaro, hace un poco de 'colecho' y se duerme en el pecho de Sofi.
Su manera de comunicarse es llorando: quiere comer y llora, quiere dormir y llora, quiere hacer caca y llora. Es natural. De rasgos dicen que es más parecido a mí, pero tiene los ojos de Sofi. Todavía es muy chiquito", afirma Noya, antes de describir lo fascinante que es la vivencia que transita.
"Es una experiencia increíble, todo nuevo, hay momentos en los que nos sentimos muy cansados, pero hacer contacto con 'Bauti' compensa todo. Cuando lo tomás en brazos y Sofi le da la teta, es como que querés que se detenga el tiempo. Que vaya todo más despacio, porque lo de la clínica, que fue mágico, se pasó volando. Sucede todo muy rápido”, dice.
Rodrigo asegura que se emocionó mucho cuando nació Bautista, pero más se enterneció por todo lo que vivió Sorrenti durante el parto. “Uno se siente con una gran impotencia y no podés hacer mucho, sólo estar ahí parado, mirar todo. Sofi estuvo pujando una hora y media, para que sea parto natural, pero el bebé no bajaba y se terminó decidiendo que sea cesárea. Me emocionó que haya sido tan luchadora, tan leona.Cuando nació Bautista sentí más como una emoción de alivio— confiesa Noya, que reconoce que está haciendo un “curso acelerado de paternidad”—. Recién estamos aprendiendo todo con Bautista, así que imaginate que darle hermanitos ni se nos cruzó por la cabeza (Risas). Pero seguramente sea un plan para más adelante”, agrega.
Inesperadamente, hoy Rodrigo adquirió nuevas habilidades. Y hasta se permite bromear y jactarse de ello. “A Bautista lo cambio más yo que la mamá (Risas). Como los primeros días Sofi estaba con el tema de la cesárea, aprovechó y la jugaba de que le tiraban los puntos (Más Risas), así que me ocupaba yo de todo. Ya me siento un verdadero experto en cambiarle los pañales. Ahora ella se está ocupando un poco más porque yo empecé con ensayos y grabaciones”, dice.
Desde su primera aparición en televisión, en el programa “Agrandadytos”, conducido por Dady Brieva, cuando era apenas un niño, Rodrigo Noya se convirtió en el ícono del famoso precoz. Ahora padre, no se imagina a su hijo actor.
“Cuando 'Bauti' me vea por primera vez en la tele, no va a entender nada. No me lo imagino comenzando a trabajar como yo, a los cinco años. La mía es una profesión intensa, rara, pero si de grande quiere hacer lo mismo que su papá, seré su primer fan”, concluye.
Por: Fabian Cataldo
Fotos: Marcelo Dubini