Es una actriz con proyección. Acostumbrada a interpretar a “la buena” de la película, durante 2017 se destacó por su jugado papel de Carla en “Golpe al Corazón”, donde le demostró al público que es mucho más que una cara bonita. Mientras analiza varios proyectos actorales, se luce como conductora y se afianza cada vez más a la vida conyugal. Hoy, “Luly” Drozdek (30) disfruta de un inmejorable presente y se lanza a la búsqueda de nuevas aventuras que llenen su 2018 de grandes momentos.
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“Estoy súper contenta con mi vida personal y laboral. Si bien 2017 fue muy difícil por la muerte de Lolo, que era mi papá, también me pasaron cosas muy lindas. Eso me ayudó a poder sobrellevar un golpe tan duro como la pérdida de una familiar”, dice.
Uno de esos grandes momentos a los que se refiere fue su boda con Hernán Nisenbaum (50), celebrada en mayo del año pasado. “Cuando lo conocí lo que menos quería era enamorarme, y a él le pasaba lo mismo. Estábamos en otra sintonía y nos terminamos enamorando tanto que nos casamos. Cuando tiene que ser, es. Uno no debe tener prejuicios ni pensar en la historia de cuentos. Al final, el destino te termina sorprendiendo siempre”, confiesa.
Si bien con Hernán tienen veinte años de diferencia, la actriz revela que la clave del éxito del matrimonio es divertirse juntos. “Para que una relación funcione tenés que pasarla bien con el otro y evitar la rutina. Con Hernán somos muy amigos y nos encanta estar juntos. Nunca nos aburrimos porque siempre estamos haciendo algo.
Además, somos bastante parecidos y nos gustan las mismas cosas. Es mucho más fácil construir una relación así”, agrega. Y a meses de celebrar su primer aniversario de casada sueña con ser mamá en un futuro cercano: “Ser padres es un proyecto que tenemos muchas ganas de concretar. Sería una bendición y estaría buenísimo que eso se diera. Cuando sea el momento indicado llegará, no metemos presiones. Queremos que la vida nos sorprenda. Me encantaría tener dos o tres hijos, pero sin descuidar mi trabajo”, asegura.
Tras la boda, Drozdek dio sus primeros pasos como ama de casa, un rol que la sorprende día a día. Y confiesa que también descubrió sus dotes culinarios y su facilidad para las tareas del hogar. “Estoy aprendiendo de a poco. Soy hija única y pasé de no hacer a nada a tener que hacer todo en la casa (risas)”, bromea.
Mientras veranea con su marido en Punta del Este, en el hotel “Casa Bikini”, a metros de las playas de Manantiales, la actriz analiza propuestas para hacer teatro y televisión una vez que finalice con las grabaciones de “Golpe al Corazón”, en el ‘prime time’ de Telefé. “La novela tiene un público muy fiel. Me doy cuenta en la calle. La ven y no se pierden ningún capítulo. Si bien ya estamos establecidos, fue duro competir contra Marcelo Tinelli (57)”, cuenta.
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Su papel en la tira de Enrique Estevanez (70) fue aplaudido por la crítica especializada y le permitió mostrar todos sus matices artísticos. “Me gusta mucho más hacer de mala o loca, que de ingenua. Este personaje tiene muchas escenas que me obligan a dar lo mejor de mí como profesional. Este rol fue un gran reto para mí. Amo los desafíos. Amo ser villana.Mientras más difícil es, más me empaco y más me gusta”, revela.
Además de lucirse en la tira, “Luly” volvió a la conducción de la mano de “Mundo Padel”, un programa que se emite por TNT Sports. “Estoy descubriendo el mundo del paddle y me encanta. Hoy es un deporte que está volviendo a ser tendencia y con el programa nos damos cuenta de eso. Tiene muy buenas repercusiones el producto”, dice.
Entre sus labores diarias y su matrimonio, pocos son los momentos del día en los que puede tomarse tiempo para ella. Y allí no descuida su rutina de belleza. “Trato de hacer un poquito de todo. Voy al “Centro de Estética Vesalio” una vez cada quince días y allí me hago tratamientos no invasivos con el doctor Fernando Felice. Además, entreno dos veces por semana con mi personal trainer. Con ella hago “RT Fit”, un entrenamiento súper intensivo que dura 50 minutos. A eso le sumo una vez por semana de Electro Fitness”, precisa.
Hoy, Luly Drozdek se siente un poco más cerca de la mujer que siempre soñó ser. No le teme a los desafíos y se abre camino. El éxito no le quita el sueño y se considera una bendecida por la gente que la rodea. “Me moriría si un día se me suben los humos a la cabeza. Soy súper arraigada a mi familia y a mis amigos. El día de mañana, si llego a pegar un gran salto en lo profesional, quiero seguir siendo fiel a mí misma”, concluye.
Fotos: Federico De Bartolo