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Dueña de una figura envidiable, Meghan Markle se está preparando con todo para la llegada de su tan esperado día, el día en el que pasará por el altar junto al Príncipe Harry. Sin embargo, sorprende que la estrella de Hollywood y futura princesa de Inglaterra lejos está de atarse a una estricta dieta.
Su alimentación es a base de frutas y verduras que combina con una rigurosa rutina de ejercicios. Pero la joven asegura que también tiene "varios permitidos" en su lista: come papas fritas, bebe vino y toma helados, de vez en cuando.
"Trato de llevar una dieta vegetariana durante la semana y tengo más flexibilidad durante el fin de semana", aseguró en una reciente entrevista. "Todo se basa en el equilibrio. Trabajo mucho y, por eso, no quiero sentirme privada de nada. Siento que en el momento en que lo haces es cuando empiezas a obsesionarte con las cosas. Por eso no sigo una dieta, sino una alimentación saludable y equilibrada", detalló.
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Su dieta se basa en ensaladas completas, batidos con semillas y lácteos, platos combinados de pasta y pescado, frutas y huevos. En cuánto a esos "placeres que dan culpa", la actriz reconoce que las papas fritas y el vino, son su debilidad.
"Podría comer patatas fritas todos los días. Y me encanta la pasta. Bueno, me encantan los carbohidratos, pero, ¿a quién no? Me ocurre lo mismo con el vino. Por supuesto que voy a tomarme esa copa de vino, es delicioso y lo disfruto. Todos deberíamos hacer las cosas con las que disfrutamos dentro de lo razonable", confesó.
Además, Markle es una apasionada por los productos frescos y orgánicos. Esta tradición la heredó de su familia que ya en su casa de California cultivaban sus propios alimentos.
En cuánto a lo que "jamás le falta en su heladera", la futura esposa de Harry declaró: "Hummus, zanahorias, zumos verdes, leche de almendra o un pudding de semillas de chia que hago cada semana. Es fácil de hacer y está delicioso. Realmente amo cocinar", contó.
