Vive con dicha el suceso televisivo del que es parte y ese éxito la encuentra no sólo en un momento profesional en alza, sino también en uno en el que la madurez vino acompañada con una sensualidad a flor de piel. “Para mí la maternidad fue un renacer”, dice Manuela Pal (33), la actriz que en “100 días para enamorarse” interpreta a “Florencia”, quien junto a los personajes de Jorgelina Aruzzi y Juan Gil Navarro dan vida a la historia de un bígamo que es descubierto por sus esposas. Una historia que apasiona al público y la pone a frente a intensos registro de comedia y drama.
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“Vengo, gracias a Dios, de tres años de trabajo en Telefe; primero con “Adda” (Amar después de amar) ni bien tuve a mi hija Amparo (2 y 7 meses), luego “Golpe al Corazón”, donde hice de villana, y ahora con “100 días…” Es impresionante lo que pasa con la tira, aunque no me sorprende porque sucede mucho con los productos de Underground (productora). La nuestra es una historia tremenda; la de un hombre con dos familias paralelas hace más de 10 años ¡Es algo que le puede suceder a cualquiera! Eso es lo más terrible. En la calle hay mucha gente que me dice ¡En mi familia paso lo mismo! Es mucho más común de lo que se piensa, lo cual es espantoso”, asegura Manuela, hija de la reconocida actriz Graciela Pal.
“¿Si me pasara a mí? Sería un desastre total, no lo podría manejar”, dice enérgica la artista, sobre la problemática. “Soy muy sanguínea, calentona y pasional. Y cuando me enojo pierdo, porque no entiendo nada. No aprovecho el enojo para salir de la crisis. No se puede estar enamorado de dos personas al mismo tiempo. Yo no podría. Tal vez podés amar a uno y deslumbrarte con otro. No se trata de un infidelidad, es un mentira de años. Podría perdonar una infidelidad, tal vez podría comprenderla, pero nunca podría perdonar una traición, una doble vida. Yo creo que para llegar a una situación así, la persona como el personaje de Juan debe estar en un momento de crisis, de debilidad. Y, entonces, después te cuesta salir de ese triángulo”, reflexiona Pal, quien además de su ir consolidándose en la pantalla chica, viene de acompañar a Julio Chávez y Adrián Suar en “Un rato con El”, obra éxito de taquilla en 2017 y 2018.
—¿Alguna vez le tocó transitar una relación prohibida?
—No, me ponen muy nerviosa esas cosas. Soy pésima, miento muy mal. Me parecen de un nivel de estrés que no podría disfrutar ni de la relación oficial, ni de la otra. La persona que lo puede sostener es porque realmente disfruta de eso: del riesgo constante. A mí me duele la espalda de sólo pensar en esa mochila.
—¿Es verdad que cuando graba escenas hot le avisa a su esposo para que no las vea?
—El trabaja en Telefe como asistente de dirección, así nos conocimos, entonces creo que si no le contara se enteraría (risas) Le aviso para que decida si las quiere ver o no. Yo, si él fuera actor y tuviera esta clase de escenas, eligiria no verlas. Soy celosa, por eso le doy la opción al otro. Cuando hice “Mujeres Asesinas” tuve una escena my violenta donde era violada, mi papá no pudo, ni siquiera hasta hoy, ver esas escenas. Y cuando empezamos a salir con Gonzalo yo se las quise mostrar, porque me da mucho orgullo como actriz haberlas interpretado, porque eran difíciles, pero él no pudo terminar de verlas. Entonces, prefiero darle la opción.
—¿Cuánto años lleva en pareja?
—Empezamos en el 2010 ¡Un montón! y ahora ya con una criatura, una familia. Me encanta su forma de ser; es así como lo ves, grandote, “rústico”, como le dice mi amiga Natalia Lobo (risas). Pero, a la vez, lo escuchás hablar y es un dulce. Tiene mucho humor, eso fue lo que más me enamoró de él. Todo te lo dice con cara de nada y eso es aún más gracioso. La pasamos muy bien.
—¿La maternidad en qué mujer la convirtió?
—Gracias a Dios a mi me funcionó bastante bien. Hice teatro hasta los siete meses de embarazo. ¡Estaba enorme! Engordé 18 kilos porque no me privé de nada. Sin embargo, el embarazo me pegó muy bien físicamente; hasta quedé mejor que antes. Me convirtió en mujer; me favoreció. Volví al trabajo, a grabar para una tira, con Amparo de cuatro meses y junto con la lactancia hasta bajé demasiado de peso. Me hizo bien a la piel, al físico. La maternidad fue una experiencia súper positiva para mí.
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—¿Y qué le aportó todo ese cambio?
—Yo embarazada me creía una modelo europea, que claramente no era, (risas) Mi ego, no sé porqué, subió. Florecí. Me creía sexy, atractiva, sensual, mirada. Tal vez me miraban los pies re-hinchados (risas) La maternidad fue un renacer. Claro que los primeros meses como madre era una vaca lechera, hasta lloré y la cesárea me dolió, sufrí el post parto. Después, una vez superado eso, afloró mi parte sensual. De hecho, y me refiero al nivel profesional, que es donde repercuten mucho las cosas, tuve un personaje sumamente sensual en “Golpe al Corazón” y a mí nunca me había tocado un personaje así. Creo que vieron eso; que hubo un quiebre y que podía ser más minón.
—¿Le vino bien, más allá del trabajo, esta reafirmación?
—Yo siempre me llevé bien y fui amiga de mi cuerpo. Hoy tengo las imperfecciones que tiene cualquier mujer de mi edad y con una hija, que no ha entrenado mucho. Nunca fui una persona acomplejada. Y siempre supe mis limitaciones, qué me favorece y qué no. Me considero una mujer normal que lookeada puede ser minón o lograr una versión más desmejorada. No es que digo “ok empiezo la dieta” porque tengo que grabar. No tengo esa exigencia. Los personajes te encuentran. Ahora me llaman para hacer de sexy porque me ven sexy.
—¿Se siente feminista?
—Más allá del feminismo que entiendo, pero no soy militante, ni estoy tan informada, soy fanática de la igualdad. Me parece que ese el objetivo final. Necesitamos la igualdad, el respeto, cobrar lo mismo que los hombres y tener acceso a los mismos puestos de trabajo. Para mí eso es el empoderamiento de la mujer. Recuerdo a mi mamá contando en casa que tal actor ganaba más que ella, y cuando le preguntaban por qué, ya que grababan lo mismo, me decía ¨porque es hombre¨. Buscar esta igualdad es lo que necesitamos. Basta de sometimiento. Alguien tenía que subirse a ese colectivo. Me siento una mujer empoderada, me mantuve toda la vida.
F. DE BARTOLO/PERFIL.
Agradecimientos: Estilismo Romina Giangreco para estudio RFG Stylecoaching. Asistente Sharon Dana. Pelo y Make Up Emmanuel Godoy para estudio RFG Stylecoaching. Muscaria Couture, Justa Osadía,
Paco Sanz, Pompavana, Lalapont.