sábado 07 de septiembre del 2024
CARAS DECO 15-07-2024 08:43

Dulce Casa – Blanquería: La magia de hacer más linda tu casa

Daniel Chaluh creció detrás del mostrador del negocio familiar. Allí aprendió a amar el oficio y, sobre todo, a hacerlo propio con su sello personal: hacer que cada cliente viva una experiencia única en la búsqueda de la decoración perfecta para embellecer su hogar. Galería de fotosGalería de fotos

CREDITO CARAS

“Nací detrás de un mostrador”, dice entre risas Daniel Chaluh, en un guiño a su historia familiar; y es que cuando nació, en el ´79, su mamá instaló una practicuna en el local de la calle Rojas y Yerbal, en la zona de Primera Junta. En la Blanquería de sus padres, Daniel transcurría sus horas después de la escuela, y mientras estudiaba matemáticas o ciencias naturales, también aprendía el oficio y ese tesoro que parece cada vez más perdido: la cultura del trabajo.

Como en la mayoría de los negocios de más de 40 años en nuestra Argentina, Daniel vio los altibajos del negocio reflejando la coyuntura del país: En el ´92, y debido a su gran crecimiento, abrieron un segundo local en Av. Rivadavia al 5200 en el que vivieron grandes años, hasta que las circunstancias hicieron que tuvieran que cerrar el primer negocio, y quedarse solo con uno nuevamente. Paralelamente a estos cambios, Daniel crecía y empezaba a descubrir el mundo.

“Por momentos me encantaba el rubro y por momentos no tanto”, dice con total sinceridad, y cuenta que esos puntos de disconformidad lo llevaron a probar otros rubros: trabajó en un videoclub, un kiosco, una librería y hasta en una pizzería. Armó computadoras, dio clases de informática en IBM y en la UTN, tuvo un Cyber-Café y luego un Maxikiosco. Y agrega: “me di cuenta que lo mío no era el despacho (como en un kiosco), sino que amo vender”. Sin saberlo, había ido construyendo, en todos esos años de negocio familiar, su propio “ser vendedor”. Solo necesitaba un espacio propio para poder desplegarlo.

Fue así como en el año 2009 decidió abrir un gran local en Av. Rivadavia 5478, pleno centro comercial de Caballito, al que hizo muy propio. DULCE CASA – BLANQUERÍA es el lugar donde no solo encontramos productos de primera calidad para hacer más linda a cualquier casa, sino también esa mística de los negocios bien atendidos por sus dueños, una joya difícil de encontrar en estos tiempos. Con su “sana obsesión” de ser un buen vendedor, Daniel es la razón por la que los clientes vuelven, una y otra vez, desde hace tantos años. Desde el 2019 sus padres están alejados del negocio, disfrutando de la hermosa familia que construyeron y del merecido descanso después de más de 40 años de trabajo, y él continúa el legado, pero imponiendo su propio sello: una búsqueda constante de calidad y una atención enfocada al asesoramiento, entendiendo las necesidades y gustos de cada cliente que atraviesa la puerta, envía un whatsapp o un mensaje de Instagram. El “buen vendedor” que viene construyendo desde que nació, creció tanto que salió del mostrador y saltó a las redes sociales, donde nos invita a conocer mejor sus productos y las últimas tendencias para decorar nuestra casa, con un carisma que atraviesa la pantalla. Porque este canceriano es así, tal cual lo vemos entre reels; alegre, cálido, angelado.

Y es tan apasionado por su trabajo, que cuando le pedí que me hablara de él, no pudo dejar de hacer referencia a su gusto por el rubro: “Soy un tipo intuitivo, poseedor de un alto grado de optimismo, amiguero y muy cariñoso; como buen canceriano, bastante familiero. Me gusta mucho la deco, hacer mío cada detalle de las cosas que en la cotidianeidad nos rodean en casa; sigo de cerca las tendencias, tal vez por eso me guste tanto el rubro que elegí para mi vida, ya que la mayor cantidad de cosas que comercializo se utilizan compartiéndolas, y todas destacan ese lugar donde elegimos ponerlas”.

¿Qué es entonces, para vos, lo más lindo de este rubro?

Lo más lindo de la blanquería es que seguro el cliente siente una recompensa al comprar algo y ¿sabés por qué? Porque a quién no le gusta entrar en su casa y ver algo nuevo decorando un espacio, SU espacio favorito, ese en que uno goza y en el cual reposa. Este es un rubro atrapante y noble, fácilmente uno se puede poner del otro lado del mostrador y proyectar junto al cliente cómo quedaría una prenda de las que elija puesta sobre la cama o algo tan sencillo como una toalla para poner en el baño. Porque ojo, no es cualquier toalla, es LA TOALLA, esa que el cliente elije y decide poner porque le gustó alguna de sus cualidades.

Aprendiste de tus viejos "los gajes del oficio", lo mamaste detrás del mostrador. Pero a la vez pudiste hacer tuyo el negocio. ¿Qué sentís que aprendiste de ellos y hoy conservas, y qué crees que es absolutamente tuyo y tiene que ver con tu impronta?

Lo que aprendí y que conservo fueron los valores que ellos supieron traspasarme como persona: que con el trabajo no se juega, que eso se respeta y por sobre todas las cosas, que a la gente no se la engaña con tal de efectuar una venta; que un cliente cuando se va contento, vuelve, y no sólo eso, sino que te recomienda y esa es la parte vital de mi empresa.

En cuanto a mi impronta, te cuento que en la vida soy un tipo muy curioso y que me gusta mucho nadar en aguas que desconozco; eso me genera adrenalina y sumado a mi intuición, previamente a la pandemia me lancé a lo digital. Claro, la pandemia nos obligó luego a informatizarnos 100%, tomé el desafío de armar un nuevo negocio totalmente digital desde cero, sin conocer demasiado cómo hacerlo. Prendí el motor a toda potencia para hacer que todos los mecanismos funcionaran entre sí, detrás de un sitio web hay mucho más que un buen control de stock para poder despachar lo que la gente compra. Hay gente que saca fotos, gente que diseña, gente que controla los productos, que los mide y los pesa, hay gente que los embala y gente que los despacha; también gente que responde WhatsApps, mails, hay un sinfín de cosas que pueden fallar en alguna instancia, porque los productos pasan de mano en mano en cada uno de los sectores. No importa, no me detengo, esa es mi impronta; teniendo en cuenta esto y el destino final al que quiero llegar, le ponemos todo para que las cosas salgan bien. Hago mucho hincapié en eso sobre todo porque todos los que trabajamos en Dulce Casa – Blanquería sabemos que el cliente, cuando recibe un producto que compra en la web, está lleno de expectativas; el placer de recibir algo que compraste y que te quede bien y lo puedas disfrutar, no tiene precio, es felicidad instantánea y te diría que en el 98% de los casos es una nueva futura compra que volverán hacer en la empresa.

Entiendo que tu manera de "ser vendedor" te hace involucrarte desde otro lugar, asesorar, escuchar lo que tu cliente necesita para su casa, pero quizás también para su vida. Según tu experiencia de tantos años, ¿cómo sentís que influye en nuestro estado de ánimo el renovar la blanquería que tenemos en casa?

100% influye, de eso no tengo dudas. Por eso apelamos a que los potenciales clientes que entran al local puedan tener una experiencia sensorial. Me encanta jugar al cliente y ponerme en su lugar; cruzo la línea del mostrador, abro los productos, les digo que los toquen, que se los imaginen puestos en la casa, que si tienen fotos en el celu y las quieren compartir conmigo, lo hagan, así puedo ayudarlos a decidir. Y siempre contándoles que todos los productos que vendo tienen cambio; entiendo que uno puede elegir algo que le encante, pero cuando lo ponés en tu espacio favorito, ya sea un dormitorio, un escritorio o un baño, te das cuenta que no va con el resto de la deco. Nosotros no nos hacemos problema con eso, se acercan al local nuevamente y lo cambian. Eso, sin dudas, es nuestro diferencial: la gente se va confiando en lo que elije y sabe que si se equivocó no va a tener drama para cambiarlo.

Seguramente tenés muchas anécdotas con clientes de muchos años. En la era de la compra digital y de la falta de tiempo, ¿se logra mantener un vínculo con el cliente?

Anécdotas, las que quieras. Yo empecé a trabajar desde muy chico y por nuestros locales pasaron los abuelos, los padres, y desde hace ya unos cuantos años me toca atender a los hijos y los nietos; todavía tenemos clientes que me conocen desde bebé, imagínate… En cuanto a la era digital es más difícil el trato personalizado, básicamente porque no sabés con quién estás hablando del otro lado de la pantalla, la gente vive tan a las corridas que por lo general no suelen saludar ni despedirse después de una conversación, te mandan mensajes desde una publicación de Instagram con un simple “precio”. Como mi negocio se basa en generar un vínculo y empatía con el comprador, probablemente el que nos escriba se encuentre con emojis de bienvenida, corazones deseándole un buen día, y finalmente el que está a mil escribiéndote casi sin saludarte cae en la cuenta que el que está del otro lado quiere solucionarte un tema. Y si tenés dudas sobre qué frazada comprarte o qué tela es mejor para las cortinas del ambiente, nosotros nos vamos a esmerar tratando de romper la barrera de lo digital, mandando fotos reales o utilizando ejemplos de la vida cotidiana. Por ejemplo, “esa tela es una piel de durazno, bien suave”; tratamos de llevar a lo terrenal lo virtual, es LA TAREA DE HOY EN DÍA y el desafío más grande que tenemos, porque tengamos en cuenta que hablar de las cualidades de una toalla o una tela, cualquiera sea, es muy difícil sin poder tocarla.

Vos que estás siempre atento a la moda, la calidad, y también a la funcionalidad, ¿cuáles son las tendencias más fuertes este año?

Hay un básico de los tiempos que corren: telas que sean de fácil lavado, que se sequen rápido y sobre todo que no se arruguen, la gente no quiere perder tiempo planchando una sábana.

La gran tendencia de las últimas temporadas fueron los productos en colores Gris y Beige; tal es así, que hoy en día se habla mucho de un nuevo color que es el Greige, que simplemente es una mezcla de los dos. Me encantan estos colores que combinan con cualquier otro color que tengas en los ambientes. Volquemos esto a una cama: imagínate un lindo plumón con una buena caída en color Beige que te viste el ambiente, a eso le agregas uno o varios almohadones, con colores y texturas que no tengan nada que ver entre sí, por ejemplo, uno colorado, otro gris y uno violeta, todos en distintas telas y tamaños. No te das una idea la profundidad que le aportas a la cama y hace que súper resalte el plumón, que simplemente era Beige. Lo que siempre digo, anímense a los colores y a contrastarlos, es un viaje de ida. Aunque el gusto de cada uno es muy subjetivo y personal, no importa cuál sea, siempre se puede adaptar a la vanguardia de los tiempos que corren. El cliente más tradicional generalmente quiere combinar los colores y si todo está al tono, es mejor. Cuando le explicas y tratás de mostrarle cómo puede llegar a quedar lo que le ofreces, tal vez lleva los productos y te repregunta varias veces si los puede venir a cambiar en el caso que no le guste cómo queda. Y vuelven, pero para agradecerte, porque realmente lo que le vendimos le avivó el ambiente, y eso es muy gratificante para nosotros.

Si quisieras que un cliente definiera Dulce Casa – Blanquería en tres palabras, ¿Cuáles te gustaría que fueran?

Se me hace bastante difícil pensarlo en tres palabras, pero si me das la opción de una frase, me encantaría que se acuerden de nosotros por: “Ese local de Caballito que nos ayudó a poner más linda la casa”, por algo ese es nuestro slogan…

ANIMATE A PONER MAS LINDA TU CASA, NOSOTROS TE AYUDAMOS.

¡Genial, Dani! ¿Cómo podemos contactarnos para que nos ayudes a poner más linda nuestra casa?

Visitándonos, en Av. Rivadavia 5478 (Caballito, Caba)

A través de nuestra página Web www.dulcecasa.com.ar

En nuestro Instagram @somosdulcecasa

Por Whatsapp al +54 9 11 4433-1925

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