“Amo ver cómo, desde la decoración, podemos cambiarle el estado de ánimo a la gente”.

“Me considero una afortunada en poder trabajar en lo que amo. Hoy es cuando la frase #quedateencasa nos invita a reinventarnos y nos propone un nuevo reto: el de poder llegar a los hogares en forma virtual. Como en todo proyecto tenemos desafíos y hoy nos encontramos frente a uno de los más difíciles que consiste en crear a la distancia”, dice Carolina, quien desde su espacio brinda un servicio integral de ambientación, decoración y fabricación a medida, según la necesidad de cada cliente, creando espacios únicos.

¿Cómo modificó la forma de trabajo esta situación de aislamiento que estamos viviendo?

Para mí crear es sinónimo de libertad. Cuando escuché la palabra “aislamiento” me generó una profunda sensación de soledad que resultó ser todo lo contrario. El vínculo con mis clientes pasó a ser mucho más estrecho que cuando podía visitarlos personalmente, incluso con los que no nos conocíamos. Sentí, por momentos, que les estaba acercando un poquito de alegría en estos tiempos tan difíciles. Ellos pasaron a ser parte de mi equipo, toman medidas, mandan fotos y videos para que nosotros podamos hacer nuestra parte, diseñar y armar propuestas en 3D para que lo puedan ver lo más real posible y así poder elegir.

Nuestras casas pasaron a ser aulas virtuales, oficinas, gimnasios, salones de zumba, consultorios psicológicos, reuniones de cumpleaños y una infinidad de actividades. Es justamente para esto que entramos nosotros, para reacondicionar esos ambientes con cambios, tanto decorativos como funcionales. No necesitamos mucho para generar grandes transformaciones, a veces solo cambiar los muebles de lugar, pintar una pared, agregar un almohadón o una manta ya es suficiente.

¿Cuál es la clave para poder hacer este tipo de trabajos online?

Estoy convencida de que la clave está en el amor y la pasión que le ponemos a cada proyecto, y como se involucra el cliente para poder concretarlo, por más pequeño que sea. Siempre lo pienso como si fuera para mí y mi mayor satisfacción es ver la cara de alegría de grandes y chicos cuando reciben los objetos o muebles, hasta esos mensajitos de agradecimiento que nos dan satisfacción y nos impulsan a crecer día a día.

¿Cómo empezó con el diseño de interiores?

Todo empezó como un juego, siempre fue mi anhelo poder dedicarme a la decoración. Me recibí de arquitecta en la UNC de Córdoba, terminaba una etapa relacionada con la ingeniería agropecuaria, rodeada de chapas, tuercas y bulones, y con la crisis del campo 2012 comenzó mi sueño. Subí a Facebook dos almohadones que hice para mi hija, solo dos, que resultaron ser un trampolín y lograron dar inicio a la historia de la marca que lleva mi nombre. De esos almohadones pasé a habitaciones, luego casas completas y hasta locales comerciales para marcas conocidas. Hoy, cinco años más tarde junto con mi equipo brindamos un servicio integral de muebles, textiles y objetos de decoración. Me ocupo personalmente del trato con el cliente, los diseños, el manejo de las redes y hasta las fotos que mostramos, ellos se ocupan del resto.

¿Cuáles son los próximos objetivos para cuando todo se normalice?

No soy de ponerme objetivos a largo plazo, soy más de dejarme llevar por mi intuición y si sobre la marcha hay que cambiar de rumbo allá vamos. El único propósito que realmente me acompaña desde el primer día es satisfacer y ver felices a nuestros clientes, y cuando esto se normalice volver a las visitas presenciales con un café de por medio.

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