CRISTALES, LEMURIA Y ATLÁNTIDA: LA SABIDURÍA OLVIDADA DE LA TIERRA

En tiempos remotos, mucho antes de que la historia escrita tomara forma y cuando el ser humano aún no conocía la palabra, se dice que florecieron civilizaciones profundamente sabias y espirituales. Entre ellas, Lemuria y Atlántida emergen en mitos y tradiciones esotéricas de diversas culturas como guardianas de un conocimiento ancestral, íntimamente conectado con la Tierra, el cosmos y dimensiones más allá de lo visible.

Aunque la ciencia moderna las considera parte del mito, para millones de personas representan una memoria latente, un eco espiritual que resuena en lo más profundo del alma colectiva. Y en el núcleo de esa memoria sagrada se destaca un elemento de poder y sabiduría: “Los Cristales” 

Para los lemurianos y atlantes los cristales no eran simples piedras, sino herramientas vivas, cargadas de energía utilizadas para sanar, comunicar, almacenar información y canalizar frecuencias superiores. Eran puentes entre mundos, amplificadores de conciencia y claves esenciales en su relación con el universo. A tal punto que, en sus templos los cristales ocupaban un lugar central, recordándonos su eterno vínculo con lo divino y lo eterno.

 

 

LEMURIA: LA CIVILIZACIÓN DEL CORAZÓN

Lemuria habría sido una vasta tierra ubicada en el Pacífico, hogar de una sociedad que vivía en armonía con la naturaleza, las energías del planeta y la conciencia universal. 

Los lemurianos eran seres intuitivos, empáticos y profundamente espirituales. Se comunicaban sin palabras, a través de la energía y comprendían la vida como un todo sagrado. Para ellos, los cristales eran más que piedras, eran seres vivos, canales de sabiduría y energía contenida. En especial, se dice que grabaron su conocimiento en cristales de cuarzo especiales hoy llamados “Cristales Lemurianos” para que pudieran ser encontrados por futuras generaciones en momentos de transformación global… como este.

En contraste, Atlántida se encontraba ubicada en lo que hoy correspondería al océano Atlántico, frente a las costas de Europa y el norte de África. según relató Platón era una civilización brillante, tecnológica y avanzada. Pero ese avance no siempre fue equilibrado. Los atlantes, en su deseo de controlar la energía y la materia, olvidaron la conexión espiritual. Usaron cristales también, pero con fines de poder, de dominación y de control. Su final, según las leyendas, llegó por una gran catástrofe provocada por su desconexión del corazón en contraposición a los Lemurianos.

 

 

UN LEGADO PARA HOY

En medio del ruido del mundo moderno, los cristales vuelven a tomar protagonismo. Son utilizados en prácticas de bienestar, meditación, mindfulness, y como herramientas personales de equilibrio y sanacion. Pero más allá de sus propiedades, lo que despiertan en nosotros es la memoria de algo antiguo: una forma de vivir más conectado con lo natural, más consciente, más vibrante.

Los cristales lemurianos con sus características marcas en forma de líneas son considerados “Códigos de Luz” de una civilización que eligió dejar su sabiduría guardada en la Tierra. Cada persona que se acerca a ellos con intención y respeto puede recibir, según la tradición, mensajes, sensaciones o guía. Tal vez Lemuria y Atlántida no sean solo cuentos fantásticos. Tal vez sean arquetipos de lo que fuimos, de lo que podríamos ser o de lo que aún vive en nuestro interior. 

Una representa el amor por la Tierra, la unión y la paz. La otra, la inteligencia, la ambición, el poder. Y entre ambas, los cristales: puentes silenciosos entre el espíritu y la materia.

Hoy que enfrentamos desafíos globales, desequilibrios ecológicos y una búsqueda urgente de sentido, tal vez sea tiempo de escuchar de nuevo esa sabiduría olvidada. Porque quizá, solo quizá… no está tan lejos como creemos.

 

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