Para decidir cuándo ir al psicólogo, hay que tener en cuenta varios factores. En cierto sentido, cualquier persona puede beneficiarse de los recursos psicológicos que incrementan y mantienen el bienestar general, y promueven la libertad para tomar decisiones y la fuerza para establecer un cambio.
Cabe aclarar que no siempre es necesario que sea algo considerado “negativo” lo que me impulse a una consulta , en algunas oportunidades es un recurso para mejorar, fortalecer y perfeccionar algún aspecto de nuestra vida.
Hay casos, en que es necesario o muy recomendable buscar ayuda psicológica, por ejemplo cuando existe un problema que excede los recursos con los que disponemos en determinado momento para solucionarlo. Un problema existe cuando hay una incompatibilidad entre lo que haces y lo que quisieras estar haciendo, o entre los resultados que obtenes (conductual y emocionalmente) y los resultados que quisieras tener.
En ocasiones no es tan sencillo detectar que necesitamos ayuda, lo único que sentimos es malestar, inconformidad o sufrimiento; en estos casos se recomienda la consulta con un profesional que oriente y acompañe lo que está sucediendo para clarificar el camino.
El profesional de la psicología no solo es alguien al que se pueda acudir para resolver un problema, conflicto, crisis o trastorno. También te puede ayudar a despojarte de los hábitos nocivos que dañan la salud física o mental y cultivar en su lugar costumbres más beneficiosas, que aumentarán tu productividad o te harán sentir mejor.
Además, el espacio de la consulta es un lugar donde podrás hablar y expresar tus dudas, temores y problemas sin sentirte juzgado. A veces, el simple hecho de ser escuchados o validados ya tiene un poder terapéutico. De hecho, no podemos olvidar que todo ser humano tiene una profunda necesidad de comunicarse y ser aceptado; por todo esto te invito a que consultes y te propongas un espacio personal.
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