El autoconocimiento es una responsabilidad moral de todos los seres humanos

El autoconocimiento quizás sea una de las labores más engorrosas que debamos enfrentar los seres humanos porque históricamente nos han enseñado a poner el foco en el mundo externo, por ello, tendemos a llenar nuestras crisis existenciales con recursos que se hallan de la piel hacia afuera como parches emocionales al sufrimiento que nos ocasiona no tener o haber perdido el sentido de la vida.

Por el contrario, cuando uno se establece en la coherencia, en la unión de lo que piensa, siente y dice (o hace), puede generar diálogos amorosos allí donde hubo controversias, incluso hasta con nosotros mismos. Pero para ello, debemos conocernos.

El estado de calma, paz, alegría y, sobre todas las cosas, de felicidad, es un estado del ser que en modo alguno se satisface con recursos materiales.

Nuestro ser interior es la máxima belleza y fuerza de sabiduría que nos llena de entusiasmo y vitalidad y puja hacia la realización de nuestro propósito de vida. Sin embargo, cuando estamos influenciados por nuestros pensamientos, nos dejamos de reconocer como la consciencia que hay detrás de ellos, entonces perdemos el control de nuestra vida y actuamos de forma automatizada.    

A partir de las creencias que tengamos instauradas, muchas de ellas a nivel de nuestro inconsciente, alimentadas por nuestra propia experiencia, la de nuestros antepasados, la cultura y el país en el que nacimos, entre otros, será en definitiva la forma en la que nos veamos y nos vinculemos con el mundo externo, un mundo que habla de relatividades.

Dicho esto, la idea, imagen o creencia que tenemos acerca de nosotros mismos es una verdadera fantasía teñida de subjetividades, “títulos” o “mandatos” que se impregnaron en nuestro ADN y lo peor, es que los sentimos como propios sin darnos cuenta.

Nuestra mente automatiza nuestros propios pensamientos, al igual que nuestros hábitos, por ello conocerse requiere necesariamente de voluntad y responsabilidad.

Como una primera aproximación hacia tu autoconocimiento, te invito a que empieces a dudar de todas las historias que te has contado acerca de ti mismo hasta el momento, porque probablemente la mayoría de ellas han estado influenciadas por una mente que miente y un ego insatisfecho.  

En este orden de ideas, el autoconocimiento es verse desde otra perspectiva para poder conectar con nuestra verdadera esencia, natural, auténtica, autosuficiente.

Considero que explorar y ampliar la escucha activa de nuestro ser es uno de los grandes desafíos de los seres humanos en un mundo teñido por la frivolidad, donde prevalece la inmediatez, la fluidez, lo fugaz. Incluso, nuestra identidad se ha vuelto cada vez más volátil al ritmo en el que se mueve el mundo, ampliando cada vez más la brecha existente entre la autenticidad y la apariencia.

Valentina Payo

Creadora de “Healthy Lovers”

Ig: @healthy.lovers  / Web: www.healthyloversvp.com