¿Alguna vez te preguntaste por qué, de un día para el otro, te llenaste de acné, aparecieron alergias repentinas, tu energía se desplomó o tu intestino empezó a doler sin razón aparente?
La respuesta puede estar en una célula poco conocida pero fundamental: los mastocitos.
Estas células inmunológicas viven en la piel, el intestino, los pulmones y hasta alrededor de los nervios. Su función principal es protegernos de infecciones y alergias. Pero en la vida moderna, dominada por el estrés psicológico constante, los mastocitos se activan de forma excesiva y liberan histamina, citoquinas y sustancias inflamatorias que afectan todo el cuerpo.
“El estrés no queda en la mente: viaja a través del sistema nervioso y endocrino, impactando directamente en los mastocitos. Y cuando estos se encienden, el cuerpo entero se inflama”, explica la Dra. Lu Belbey.
Las consecuencias pueden ir desde problemas cutáneos como rosácea, psoriasis o acné, hasta colon irritable, dolores abdominales, fatiga crónica, cefaleas, insomnio y niebla mental. Un abanico de síntomas que muchas veces se tratan por separado, sin ver la raíz común.
“El cuerpo no está fallando. Nos está mostrando que vivimos en estado de alarma constante. Regular el estrés y calmar el sistema nervioso no solo mejora la mente, sino que también baja la inflamación en todo el organismo”, enfatiza la especialista.
Con su enfoque de medicina consciente y su Método SER, Belbey propone un camino de autoconocimiento y regulación del sistema nervioso para recuperar el equilibrio. “Sanar no es apagar los síntomas: es escuchar el mensaje profundo que el cuerpo intenta darnos”, concluye.
Turnos online: +541133097834
Instagram: Dra_ Belbey
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