Alejarse de Buenos Aires siempre fue su sueño. Desde que tenía sus primeros trabajos, se escapaba sin compañías a Mar de Ajó en pleno invierno, a la casa de sus abuelos. Un verano conoció Villa Giardino y se enamoró. “Me dije: mi lugar es este, el día que encuentre a alguien que me acompañe... porque lo que quiere uno, si no es de a dos, no se puede, es dificil del lograr”, admite, y fue durante un viejo programa de Cuatro Cabezas, “Trip”, donde comenzó a pensar junto a Georgina Barbarossa que tenía que vivir allí, pero con un medio de vida que no dependiera de la actuación.
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