Es su sueño de todos los inviernos, desde hace 15 años. “Conocí Ushuaia cuando estábamos grabando ‘Los Buscas de siempre’ y me enamoré”, asegura Sebastián Estevanez (44) con una amplia sonrisa. Pero este año, sus días en la nieve tienen un condimento especial. Es que el actor y su mujer, Ivana Saccani (31) están a punto de ser padres de Valentino, y por eso, la modelo se quedó en Buenos Aires mientras el galán, viajó al sur con todos los vuelos de regreso marcados, por si tenía noticias de la cigüeña. Valentino ya tiene el peso (entre 3,200 y 3,500 kg) y la maduración necesaria, y está encajado en el útero para nacer en cualquier momento, aunque originalmente se lo esperaba para principios de septiembre. Por eso, Sebastián tuvo sus primeras vacaciones a solas con Francesca (7) y Benicio (5). “Ivana es una genia, es lo más grande que hay. Siempre insistió para que viajáramos, que no nos perdiéramos la ocasión de descansar y disfrutar de la nieve. Habíamos viajado los cuatro juntos los últimos dos años, y esta vez, como ella no podía venir, insistió en que los chicos no pierdan el timming del esquí”, comenta el galán, con la felicidad de haber pasado una semana increíble en Cerro Castor y haber superado la prueba de ocuparse 24 horas por día de sus dos hijos a solas.
“Es difícil, ¿viste? Porque nunca sabés si están lo suficientemente abrigados, tenés que ocuparte de bañarlos, de darles de comer. Fue genial, lo pasamos bárbaro, dormíamos los tres en la cama. Fue increíble, fuerte, lindo, directo”, relata con entusiasmo, como si fuera un chico más. “Fue muy lindo, porque nos unimos, cuando estamos en Buenos Aires, también, pero ya con la familia completa, no es lo mismo”, explica y admite que también tuvo miedo. “No puedo mentir, también tuve miedo. Una semana solo con los dos chicos, no sabía cómo podía resultar. Y fue uno de los viajes más lindos de mi vida, me encantó”, asegura Estevanez y reconoce la felicidad de poder darle vacaciones en la nieve a sus hijos, algo que él no tuvo. “Conocí la nieve cuando me fui de viaje de egresados, me tiré a esquiar un par de veces, sin tomar clases ni nada, ahí fue donde empecé a aprender. Ahora ellos son chicos y están recopados con que yo pueda transmitirles lo que sé. Como son chicos, aprenden más rápido”, admite.
Estevanez está feliz con la experiencia que acaba de vivir con sus hijos y no deja de hablar de ellos. “Francesca es quien me enseñó a ser papá. Tiene carácter, es la mayor, es la más difícil. Pero tenemos una relación espectacular, nos amamos mucho. Estamos siempre apoyándonos mutuamente, atentos a lo que le pasa al otro, tenemos re- buena onda con todo. Benicio es un fenómeno, porque se adaptó a la familia. Llegó dos años después de Francesca y se adaptó perfectamente bien. Se aman y se cuidan mucho con la hermana, y también nos enseñó a ser papás a Ivana y a mí”, reconoce con orgullo.