Era un encuentro esperado y que se hacía rogar, hasta que la paciencia terminó recompensando a quienes lo anhelaban. Tantas expectativas generó que los esquemas se amoldaron a las circunstancias, a tal punto de que Mirtha Legrand hizo una excepción excepcional, valga la redundancia, y recibió en sus tradicionales almuerzos a Marcelo Tinelli (55) como su único invitado. Una particularidad que sólo se dio con Susana Giménez, otra luminaria de la tevé argentina, y que propició un mano a mano entre Mirtha y Marcelo que no se registraba desde diciembre de 2009, cuando Tinelli asistió por última vez al ciclo de la diva, en ese entonces por el canal América.
En plena campaña electoral por llegar a la presidencia de la AFA, Marcelo se reservó el domingo después de dos días ajetreados con viajes relámpagos a Santa Fé, Mendoza y Tucumán. A las 12:00 del mediodía del domingo se maquilló y se peinó en Ideas del Sur, y a las 13:00 hizo su aparición en el Estudio Mayor de Endemol. El cansancio de tanto viaje lo mitigó con una sonrisa y buena predisposición, lookeado con un ambo azul de Rochas, zapatos de John Varvatos y un pin con un simil rubí que le eligió su vestuarista, María Vilariño. Un staff nutrido de colaboradores, entre ellos “El Chato” Prada y Federico Hoppe, no lo dejó solo para el esperado encuentro, que comenzó cuando la diva anunció que recibía “al número uno de la televisión argentina”. Observadora, dijo que nunca vio “tanta gente en el estudio”, mientras Marcelo le propuso hacer una selfie que, con la autorización mediante de Mirtha, subió a Twitter.
Los tradicionales ñoquis del 29 distendieron la mesa, ya que las bromas sobre el dinero que hay que poner debajo del plato (Marcelo no tenía plata encima, y desde la producción le alcanzaron 10 pesos) fue el aperitivo previo a las preguntas y respuestas. El invitado tomó la iniciativa y habló sobre su candidatura a la AFA. Su familia fue el siguiente tema a desarrollar, con profunda carga emotiva: “Mi papá era periodista deportivo, y cuando veo su cara lo veo mucho a mi hijo, Francisco. El murió en 1970, cuando yo tenía diez años, y la verdad que me hubiera encantado que me viera con mi función en San Lorenzo. Yo no sé si tengo todo en la vida, tener todo hubiera sido tener a dos personas que amo tanto como a mi mamá y mi papá”, se despachó. Mirtha aprovechó e indagó sobre la convivencia con Guillermina Valdes (37) en departamentos separados, dentro de un mismo edificio. “Ella eligió eso. Dormimos todas las noches juntos, cuando tenemos ganas nos juntamos y somos una familia ensamblada”, dijo MT. El conductor se definió como “familiero”, y sostuvo que cuando lo tuvo a Lorenzo (1) le dieron ganas de ser abuelo. También opinó sobre los tatuajes de su hija, Candelaria (25), “Cuando vi las fotos, veo espalda, la cola y le dije: ‘Es innecesario mostrar la cola’. Discutimos un poco ahí”, admitió.
La charla abordó todos los temas imaginables, como la continuidad de Tinelli en ShowMatch para el 2016 (“Tengo firmado el contrato con El Trece para el año que viene”); sus deseos si se convierte en presidente de la AFA (“Quiero que la selección gane la Copa del Mundo en Rusia y llevarle el trofeo al Papa Francisco”), y el enojo de Ergün Demir (45) tras ser eliminado del “Bailando”. (“No se qué le pasó, me gustaría contestarle”). No faltaron los momentos incómodos, cuando Mirtha le preguntó si alguna vez le hicieron una propuesta homosexual. Sorprendido, Marcelo contestó con un “no, nunca en la vida”. Y Tinelli también supo incomodar a la diva, al preguntarle si estaba enamorada de algún hombre. “No, no... ¿Me hablás en serio? No, en absoluto”, se atajó la anfitriona, y Marcelo insistió recordándole que es “una mujer muy linda y atractiva”. Y se reservaron la última palabra con un mismo sentimiento compartido. “¡Me hiciste una mujer feliz!”, lanzó “La Chiqui”, un halago que Tinelli le correspondió de inmediato.