Cuando se extrañan o su hija Sasha (20) la necesita, Xuxa Meneghel (56) no duda un instante. Enseguida se embarca a Nueva York, donde “Sa”, como le dice cariñosamente a su hija, está viviendo mientras cursa la carrera de Moda. En esa metrópolis, además de muchos besos y abrazos, madre e hija comparten los placeres cotidianos.
“Salimos juntas para hacernos masajes, vamos a comer a restaurantes veganos, vemos series juntas... Cosas que me encanta hacer con ella. Amo conocer lugares nuevos, ferias, locales a los que nunca fui... Adoro caminar, que me duelan los pies de tanto andar cuadras y más cuadras. Me gusta ir al cine, hacer cosas que raramente hago en Brasil”, explicó la conductora, quien debió relegar la relación cotidiana con su hija para garantizarle una mejor calidad de vida y otro horizonte a nivel profesional.
Puertas adentro, Xuxa da riendas sueltas a su rol de madre. Además de mimar a su hija, la diva se arremanga y se ocupa de los quehaceres domésticos. “Hago de madre. Cocino comida vegetariana y me ocupo del cuidado de su departamento. Me encanta ir al supermercado, comprar las cosas para el hogar, hacer la limpieza y más que nada cuidar a mi hija”, reveló la “Reina de los Bajitos”, quien también se divirtió al ser fotografiada por las calles de la ciudad por Gabriel Muñoz. Al final de la jornada, el ritual siempre es el mismo: “Dormimos abrazadas”, confesó Xuxa.
Además de reencontrarse con su heredera, Nueva York le da ciertas libertades que la conductora disfruta muchísimo. “Me siento libre. Rio está muy peligroso para salir a caminar a la noche, sea para cenar en un restaurante o ir a una feria a cualquier hora. Hoy sólo podemos hacerlo fuera de Brasil”, se lamenta, sin ocultar su descontento con la situación actual de su país natal. “Amo Brasil, pero no existe la tranquilidad. Tengo que salir con custodia a cualquier lugar. Es absurdo acostumbrarse a no caminar por ciertos lugares... Incluso hay aplicaciones para saber dónde hay tiroteos ¡Vivimos en una cárcel privada! Somos prisioneros de un sistema fallido, sin ningún tipo de respeto hacia nosotros, que pagamos todos los impuestos y ni siquiera nos podemos quejar, ¡porque pareciera no haber salida!”, dijo.
Esa ha sido una de las razones fundamentales por las que Sasha decidió probar suerte en el exterior. Incluso la animadora infantil no descarta seguir los pasos de su heredera e instalarse afuera en el mediano plazo. “En el futuro, me veo en una casita simple rodeada de naturaleza y disfrutando a ´Ju´ y a mis nietos, que seguro llegarán”, contó, en referencia a su noviazgo con Junno Andrade (55).
Por ahora, luego de cumplir 40 años de carrera en 2019 de los cuales 36 son sólo de televisión, Xuxa sigue trabajando intensamente. Además de su costado de empresaria, como dueña del buffet infantil Casa X y de la red de clínicas de depilación Espacio Láser, se prepara para una nueva temporada de “Dancing Brasil”, la versión local del “Bailando por un Sueño”, por Record TV, que presenta con la colaboración de su pareja. “Tendremos nuevas historias y nuevos desafíos. Es un reality en vivo, donde todo puede pasar”, anticipa y confiesa el disfrute que significa compartir escenario con Junno. “Es muy bueno porque nos ayudamos, nos protejemos. Se que él quiere lo mejor para mí y viceversa. Uno hincha por el otro. Es una suma”, explicó.
Aunque esté de vacaciones, Xuxa nunca deja de ser un tema en las redes sociales y en todo momento surge un rumor nuevo sobre su vida. En los últimos días, circuló la información que ella y su gran amiga, la popular cantante Ivete Sangalo (47), se habrían distanciado. “¡Estamos bien!”, desmiente ella. En medio de los rumores, la conductora sigue su vida sin dejarse permear por las versiones infundadas. “Hoy estoy plena, feliz en el trabajo y afectivamente. Como madre, soy puro orgullo. Soy deseada y amada por mi hombre. Soy respetada y querida por mi público y envidiada por los idiotas de turno”, resume, sin medias tintas. Y respecto a los chimentos que rodean su vida, dice con la altura de una mujer que ya conoció lo bueno y lo malo del éxito: “Creo que es un combo de amor y odio, de respeto y falta de respeto y de mucha envidia”. Y concluye con una sonrisa de plenitud inmune a todo.