El crimen de los hermanos Menéndez acaecido el 20 de agosto de 1989 fue uno de los más importantes en la historia criminal y penal de Estados Unidos y que sacudió el confort de las elites californianas.
José Menéndez y "Kitty" Andersen vivián cómodamente con sus dos hijos en una lujosa mansión en Beverly Hills (que había pertenecido antes a Elton John) hasta que de repente una noche desde la sala principal de la casa fueron disparados por su descendencia. Los parricidas, Lyle y Erik luego del crimen rápidamente elucubraron una coartada de que la mafia había matado a sus padres por el rol jerárquico que tenía José Menéndez en una compañía discográfica.
Los hermanos comenzaron a gastar su herencia en fiestas, viajes y bienes de lujo hasta que Erik no pudo con la culpa de lo que había hecho y le confiesa el crimen a su terapeuta, el doctor Oziel. Este último termina delatándolos con una grabación de una de las sesiones en donde Erik confiesa que él asesinó a sus padres con ayuda de su hermano.
A raíz de estas cintas comienza un largo proceso judicial que duró alrededor de siete años y que concluyó con la sentencia del tribunal de California de la pena máxima de cadena perpetua para los hermanos, quienes hace más de 30 años están en prisión. Este año llegó a Netflix la adaptación del crimen con una serie de 9 capítulos que busca ir a fondo con el motivo por el cual estos hermanos, que en principio parecía que tenían una maravillosa vida en el barrio más costoso de Los Ángeles, decidieron terminar con la vida de sus progenitores. La adaptación guarda tanto similitudes como diferencias con el hecho real, pero estas son las 3 diferencias más marcadas entre la serie y el crimen real.
Las 3 diferencias entre la serie de Netflix y el crimen real
1. Los hermanos mantenían una relación incestuosa
En la serie se revela que el motivo por el cual los hermanos Menéndez actuaron como actuaron fue por el abuso sexual, verbal, físico y psicológico que ejercían sus padres sobre ellos desde los 6 años hasta un mes antes de que los asesinaran. Este es al menos el enunciado que mantiene la defensa al momento del juicio, en donde se muestran pruebas e incluso testimonios de otros familiares que demostraban saber sobre las violaciones por parte de José Menéndez hacia sus hijos.
En la serie se muestra a Lyle y Erik manteniendo una relación incestuosa, pero en el juicio de fines de los 80´ e inicios de los 90´ los hermanos testificaron que nunca mantuvieron una relación sexual entre ellos y que el fuerte lazo y complicidad que tenían provenía de haber compartido el trauma de los abusos de su padre y no de una relación amorosa entre ellos.
2. José Menéndez vio a sus hijos atacarlo antes de morir
Una de las escenas más fuertes de la serie es cuando los hermanos entran a la sala en donde se encontraban sus padres un domingo a la noche y los atacan. En la serie se puede verlos entrar por la puerta principal e incluso mantener un breve diálogo y gritos con sus progenitores antes de cometer el parricidio.
Sin embargo, lo que se demostró en el proceso judicial real fue que los atacantes entraron desde la puerta trasera para que sus padres no pudiesen verlos. Pero a diferencia de su esposo, Kitty Anderson si pudo ver el rostro de sus hijos antes de que Lyle dispare el tiro que le quitaría la vida a su madre.
3. Lyle y Erik fueron al cine luego del asesinato
Tanto en la serie como en la realidad, los hermanos si dijeron ante la policía que habían ido al cine en el horario que mataron a sus padres, pero en los hechos tangibles se demostró que los hermanos luego de cometer el crimen nunca salieron de la mansión.
A diferencia de la serie en donde sí se los ve intentar ir al cine e incluso a un bar para conseguir una coartada ante la policía, plan que se ve frustrado ya que no consiguen entradas.
La historia del caso Menéndez logró atemorizar a todo Beverly Hills en los primeros años de los 90´. Hoy con la llegada de la adaptación de la historia a Netflix, los reconocidos hermanos cobraron mayor popularidad y siguen sembrando incertidumbre sobre el motivo del asesinato entre sus espectadores.