Compartí esta nota
Luego de la repercusión que tuvo la acusación de Thelma Ferdín a Juan Darthés, China Suárez se refirió a su colega. Además, la actriz de Argentina, tierra de amor y venganza, relató que sufrió acoso laboral en alguna oportunidad.
"Tuve un monstruo al lado" , China sobre Darthés.
—El año pasado tras conocerse la denuncia de Thelma Fardín usted retractó públicamente su apoyo a Juan Darthés. ¿Pudo tomarlo como un aprendizaje?
—Eso fue un impulso que tuve desde la desinformación. De tener un compañero que le creía porque él hablaba del tema. Y ese es el error, creer que es con uno. “No, si conmigo fue un caballero” pero no sos la única persona que existe en el mundo. Fue tremendo enterarme lo de Thelma y darme cuenta que tuve un monstruo al lado que le hizo esto a esta chica que era menor de edad. Y no solo lo tuve al lado sino que lo defendí en su cara. Pero al toque sentí la necesidad de retractarme y aunque mis amigas me decían que me hiciera la boluda, me sentía tan mal que no quería que alguien viera esa nota y pensara que yo seguía pensando así. También le mandé mensaje a Calu (Rivero) por privado, porque primero somos personas.
— Grabó su primera publicidad a los 5 años y trabaja en televisión desde los 11. ¿Sintió alguna vez el abuso de poder por parte de un director, productor o colega?
—He pasado comentarios de pajeros desubicados mientras trabajaba, piropos subidos de tono. De gente de técnica o que pasaba por el canal y yo no sabía ni quién era. Ahora por suerte dejamos de naturalizar muchas cosas pero hay hombres que en serio disfrutaban de ver el terror de la mujer en su cara o de creer que estaban más arriba. En esas situaciones yo no lo dejaba pasar y lo mandaba a la mierda por mi personalidad y carácter. Una vez echaron a uno porque me dijo algo muy subido de tono y yo le contesté. Fui a hablar con producción y dije: “Este tipo me está diciendo estas cosas y yo no quiero trabajar así”.
—No daba lugar a que pasara a mayores…
—No, porque siempre fui de enfrentar y no soy una persona temerosa. Me podría haber salido bien o mal. En mi casa tenía libertades pero también era muy consciente de las cosas que me podían pasar. No me criaron con miedo pero me decían que no podía ir a dormir a lo de una amiga porque“yo no sé si está el tío o el hermano en la casa”. Rufina si juega es dentro del barrio donde yo conozca a la mamá o en la plaza, a dormir no la dejo ni loca porque es muy chica. Y lo hablo con total naturalidad con ella: “Rufina a vos no te puede tocar nadie, vos me tenes que avisar, ni hombres ni mujeres. Nadie te puede levantar la mano o sacudir, todo me lo tenes que contar siempre”. Una vez un tipo en un bar, yo era chica y estaba con toda mi familia, me venía mirando, mirando, mirando y me hizo la seña como de “ojo” desde la barra. Yo les dije a mi familia que nos quería robar. Y me acerqué a donde estaba y le dije: “¿ojo con qué?” Y me dijo que un tipo de afuera, que estaba con él, nos estaba esperando para robarnos.
