Editora Ejecutiva del Área de Entretenimiento. Se ha especializado en moda y lifestyle. Ha trabajado en la revista CARAS y actualmente es parte de Marie Claire. Ha sido profesora de Espectáculos en el Máster de periodismo que imparte Editorial Perfil y tiene formación de posgrado en moda y lujo en la Universidad Autònoma de Barcelona. Mail: [email protected]
viiicogarcia
viccogarcia
Web
Compartí esta nota
La reina Máxima de Holanda hoy cumple 48 años, y le llegan en un momento personal muy difícil. Su carisma e imborrable sonrisa la posicionaron como una de las figuras más queridas de la corona y desde su noviazgo con el entonces príncipe Guillermo, fue bien recibida por el pueblo holandés. Sin embargo, en el último tiempo su perfecta imagen fue opacada por algunas polémicas que estuvieron en boca de todos, y el 2019 fue uno de los peores años desde su desembarco en la realeza.
Los primeros meses recibió una acusación de evasión de impuestos en Argentina, una supuesta infracción al no declarar como hotel un alojamiento que gestiona su tía en la provincia de Río Negro y que está dentro de una finca propiedad de Zorreguieta. Desde la Casa Real desmintieron los trascendidos y negaron de forma rotunda las noticias que recorrieron el mundo. "Máxima respeta las leyes vigentes en Argentina", rezaba el comunicado que -a muchos- no logró convencer.
Luego, una nueva imputación golpeó de lleno a la familia real y sus gastos fueron puestos bajo la lupa. La revista holandesa 'Story', afirmó que la familia real no pagaba sus gastos médicos. Si bien desde el medio explicaron que los mismos profesionales de la salud habían dedicido no cobrar sus honorarios, las críticas de los holandeses no tardaron en llegar, sumando miles de detractores. Una vez más, la aceptación pública de la argentina y el rey Guillermo se vio teñida por sinsabores.
Y cuando se pensaba que la polémica ya era parte del pasado en la vida de la monarca, el gobierno holandés 'censuró' el vídeo de Máxima bailando en la Feria de Sevilla, el que se hizo viral en pocos instantes. El estado alegó que dicho material pertenece al ámbito privado de la familia, motivo por el cual llamaron a los medios y a los periodistas instando a no utilizarlo. Esta medida indignó a gran parte de la población, que extendió su bronca a las redes sociales. Para sumar más enfado, dicho viaje de la familia real no había sido comunicado oficialmente a los holandeses.
