Hay algo que las une. Y es el saberse – y sentirse— mujeres libres. Capaces de enfrentar la peor de las tormentas y detener tornados en pos de los deseos. De ser fieles a sí mismas y coherentes con los sueños decretados en épocas de juventud. Susana Giménez, de niña jugaba a ser actriz, una diva de Hollywood – como su adorada Rita Hayworth o Marilyn Monroe— hasta que un día, seriamente le dijo a uno de sus novios: “Lo decidí, quiero ser la número uno”. El resto ya es historia. De chica shock a mito nacional. Griselda Siciliani, a los 10 años, estudiaba danza y desde Floresta, se tomaba un colectivo para recorrer la calle Corrientes. Sólo la deslumbraba las marquesinas de los teatros y un deseo— inalcanzable, impensable, para ella—que estaba aferrado a pertenecer al showbusiness. Hoy, juntas, Susana Gimenez y Siciliani, encabezan uno de los proyectos más ambiciosos de la industria teatral: “Sugar”, la comedia musical que protagonizó Susana junto a Ricardo Darín y Arturo Puig en la dácada del 80, hoy coproducida y presentada por la diva junto a Nicolás Cabré y Federico D´Elia en el teatro Lola Membrives a partir del 14 de abril. Mujeres tan simples como poderosas. Cada una con lo suyo, saben de aplausos, gloria, asumiendo los riesgos de pertenecer al podio de la estelaridad y a las luces, que a veces, encandilan.
—¿Qué cosas sienten que tienen en común?
SUSANA GIMENEZ: A pesar de que mucho no nos conocemos, siento que Griselda es una actriz súper completa. Lo que hizo en “Educando a Nina”, con esos dos personajes tan antagónicos fue fabuloso. La cámara la adora. Y tiene humor, además de belleza. Me encanta que sea una mujer con mucha energía. Se compromete con lo que hace y deja la vida en el escenario. Para mí, la disciplina en el trabajo es fundamental.
—Usted nunca fue una mujer quejosa...
—SG: Al contrario, siempre intenté sumar en todos los trabajos en los que estuve involucrada. Cuando hice el famoso “Shock” filmaba en bikini con una temperatura bajo cero y jamás dije nada. Bueno, ahora que lo pienso, con los años puede que me ponga un poco quejosa... (se rie)
—GRISELDA SICILIANI: Yo admiro a Susana en todo, pero hay algo de ella que me llama la atención y me encanta, y es que siempre parece una nena. Hay algo de lo infantil, de lo juvenil, y está directamente relacionado al disfrute. Al jugar. A su capacidad de disfrutar sin quedarse detenida ni en la queja ni en el resentimiento. En ella prevalece y aflora el buen humor. Hay mucha gente que le va profesionalmente muy bien, como a Susana, pero es resentida.
SG: ¡Por favor! Mira si me voy a detener en la queja con todo lo que hay para disfrutar en la vida.
—¿Qué es lo que más aprendieron a disfrutar?
SG: Estar en el campo, con mis animales, con mis perros. Me gusta la vida campestre. El silencio. La lectura. Nunca dejé de trabajar del todo, y no sé lo que es estar sin trabajar. Cuando hago tele o teatro lo disfruto, porque aprendí a ser feliz. Fuera del set dejo de lado todo tipo de postura de diva para ser una mujer como cualquiera, en jogging y zapatillas. Y esto es algo que las mujeres observan y me lo agradecen. Yo digo lo que siento. No miento. Y las mujeres me apoyan. Ese es mi mayor capital.
GS: Mi trabajo lo disfruto, mucho. Pero lo que más me conmueve es mi hija, Margarita, mis hermanos, mis viejos. Soy muy familiera. Quiero a mis amigos, me encanta ir a cenar con ellos, boludear...pero ser parte de esta profesión es un motor muy grande en mi vida: porque me da felicidad y me acerca a proyectos maravillosos como hacer “Sugar”.
SG: La suerte en esta profesión también es importante y saber elegir, fundamental. Es como agarrar la sortija en una calesita. Sino la agarraste a tiempo, fuiste. Para tener éxito en una carrera como ésta no sólo tenes que tener talento, sino también intuición e inteligencia.
GS: Y saber que es lo mejor para vos. Que por ahí no es lo que a otros le parece.
—¿Esto es algo que le sucedió cuando le propusieron protagonizar “Sugar”?
—El día que me reuní con el productor Gustavo Yankelevich y me habló de la obra, inmediatamente me sedujo la idea por Susana. Después, soy una amante de los musicales y por sobre todo, de las comedias. Recuerdo que le pregunté: “¿Pero Susana quiere también?” En cuanto me dijo que Susana estaba de acuerdo, le dije que sí, que no tenía nada que pensar.
SG: Reconozco que soy bastante celosa de mis obras, por eso Gustavo, que es un productor super inteligente, me convocó como coproductora. Y la idea que sea Griselda me pareció fabulosa.
GS: El otro día Carla Peterson, que es una de mis mejores amigas, me decía que admiraba mi espíritu de libertad. Y en eso creo que me parezco mucho a Susana
SG: Si, yo soy libre. No podría vivir de otra manera.
GS: Susana dice lo que quiere, vive como quiere, no resigna su vida pensando en el que dirán. Y eso tiene un valor único.
SG: En la época que estaba casada estaba tan aburrida que me compré un perro. Después, me dediqué a trabajar como una loca. Cuando me volví a enamorar, me jugué por entera. Me costó un poco de dinero pero hice lo que sentía. Así soy.
GS: Como coproductora Susana fue extremadamente generosa, más allá de su vínculo afectivo con el personaje. El día que me citó a su casa yo estaba desbordada de emoción. Vimos la versión que ella protagonizó de “Sugar” en su microcine y yo no lo podía creer. Y ella fue quien le dijo a Gustavo que me sumara nuevos cuadros musicales, aggiornara el texto..
SG: Pero lógico, yo lo único que quiero es que se luzca. Y Griselda tiene todas las condiciones para hacerlo. Es completa y efectista.
GS: Ir a la casa de Susana fue una experiencia única. Iba a la casa de una diva, de una estrella…Y ella fue lo más humana del mundo. Se tiró en el piso para buscar en unos cajones el guión original de la obra y de pronto apareció una foto enorme de Susana y Monzón tomada en Italia. Todo parecía una película maravillosa. Casi me pongo a aplaudir. Los dos soñados.
SG: Fue un encuentro muy relajado y productivo. Yo la tenía a Griselda más estudiada, lo que no sabía ni me hubiera imaginado nunca, era lo bien que bailaba. Me quede sorprendida.
GS: Si bien yo vengo de la danza, hacia como diez años que no bailaba. Y mucho menos, cantar al mismo tiempo en vivo. Las coreografías de Gustavo Wons son maravillosas y heavys.
—Griselda, protagonizar un rol que interpretó Marilyn Monroe en la película ¨Some Like it Hot” en 1959 y Susana Gimenez en el año 1987, la enfrenta a uno de sus desafíos más arriesgados profesionalmente. ¿Teme a las comparaciones?
GS: Un poco si, no te lo voy a negar…Si, obvio. Hay algo que Susana tiene que es una luz única. Por algo es ella, y no hay ni habrá nunca otra. Lo que te confieso es que yo trabajo permanentemente para estar a la altura de lo que Susana genera en la gente. Porque además de admirarla, yo, personalmente, soy público de Susana. El día que fui a verla en “Piel de Judas” se me caía la baba, no podía dejar de mirarla. Todo lo ilumina y todo lo que esta a su lado desaparece.
—Susana, ¿Qué recuerdos tiene de su Sugar?
—La risa…Ellos se tentaban mucho porque eran dos hdp (se ríe) que me hacían de todo. Ricardo improvisaba, se levantaba la pollera, se reían…yo los quería matar. Con Arturo tenían sus códigos, y a mí, que no me gusta salir del texto, y mucho menos reírme en el escenario porque hacían chistes o muecas para que me tentara, les clavaba las uñas y les hacia ojos chinos, que es cuando ponía cara que los quería matar. Pero fue maravilloso, nos divertíamos como locos. ¿El cuadro musical que más me gustaba? El Pupupidú…y un tema de ellos que terminaba diciendo “Hay como nos gusta…”
—En aquellos años usted estaba en pareja con Ricardo Darin y comento que había adquirido los derechos de Sugar para compartirlo con él…Que era una comedia donde usted sabía que Ricardo iba a poder consagrarse como uno de los actores mas rutilantes del musical.
—Si, después nos separamos, Ricardo se casó y yo conocí a Huberto y haciendo Sugar, me casé con él. Fueron temporadas muy movilizadoras.(se rié)
—Recuerdo que en la noche del estreno de la versión original los invitados especiales , las celebrities del momento, llegaron en carruajes que paralizaron la calle Corrientes.
—Si, fue tremendo. Y la obra se canceló porque había explotado la consola de sonido. Todo el mundo se volvió a su casa a caballo(se ríe) Fue algo espantoso. Yo me encerré en el camarín, no podía creer. Arturo y Ricardo salieron al hall a pedir disculpas y a reprogramar otro estreno. A Marilyn le pasó lo mismo, durante la filmación perdió un hijo, se peleo a muerte con Tony Curtis…
—Tony Curtis declaró que besar a Marilyn fue como darle un beso a Hitler…
SG:, Se odiaban mucho…tremendo. Ella estaba muy sensible y vulnerable. Además, Marilyn perdió a su bebé tropezándose con Tony Curtis.
—¿Qué elementos encuentran en esta comedia que sobrevive al tiempo y siempre está vigente?
SG: Porque es un clásico de la cinematografía mundial y del teatro. Yo acabo de venir de New York y vi en Broadway “Hello Dolly” con Bette Midler y la gente no la dejaba actuar de tantas ovaciones que recibía. Sugar es un clásico for ever, es una historia de amor y es naif.
GS:. Es una comedia blanca, divertida y policial. Tiene todos los ingredientes para sorprender y hacer que la gente salga del teatro feliz.
—Arturo Puig fue uno de los galanes de la primera versión de Sugar y hoy está a cargo de la dirección.
SG: Arturo fue, teatralmente, mi marido más fiel. Seis años estuvimos en pareja. Tres con “La Mujer del Año” y tres con “Sugar”. Como director de esta nueva versión le aporta muchísimo porque conoce la obra como la palma de su mano.
GS: Es un divino, su aporte es esencial. Incluso hay partes que están cambiadas y él se adaptó perfectamente. Tiene la obra como si la hubiera terminado de hacer ayer.
—Abordando el tema de la pasión, entendiendo que las dos son mujeres de extrema libertad y sensibilidad afectiva. ¿Pueden vivir sin la presencia de un hombre en sus vidas?¿ Un hombre las completa?
SG:. Griselda es mucho más chica, ella aún tiene que vivir muchas cosas. A esta altura de mi vida yo sé lo que quiero y puedo. Y así como estoy y vivo soy “Feliz”. No quiero vivir con nadie en mi vida. La convivencia mata al amor. ¡Lo mata!.
GS: Igual yo amo a los hombres…
SG: Yo también, más que nada en el mundo. Pero no para volver a vivir con ellos a esta altura de mi vida.
GS: Yo soy muy parejera que no es lo mismo que ser pajera (risas)
SG: Será que nunca estuve sola en mi vida. Siempre estuve de novia o en pareja.
GS: Lo que más me gusta de estar en pareja es elegir un hombre y no necesitarlo. Y con las parejas que estuve siempre tuve esa sensación: de querer estar con ese hombre por elección y no como una muleta en mi vida.
SG: A mí ningún hombre me completa.
GS: A mi me encanta estar enamorada. Un hombre me puede hacer más feliz, pero no completarme. Hay una canción de Virus que se llama “¿Que Hago en Manila?” y dice; “Todo el tiempo quiero estar enamorado y sin embargo no sé donde estas”.
SG: El estar enamorado es el mejor estado de la tierra…
—Adrián Suar, su ex pareja y padre de su hija, la acompaña en este particular momento de su vida.
—Si, Adrián es una gran persona, y un excelente padre. Tiene mucho sentido del humor y nos queremos mucho. Nuestro trato es fluido, hablamos todos los días, pensá que Margarita recién tiene cuatro años y medio…Yo soy una mujer muy pro–comunicación y jamás haría nada para interrumpir el vínculo que tenemos. A mí me hace muy feliz que Adrián sea el papá de mi hija. Es un sol de persona…
SG: En definitiva, de eso se trata la vida. De disfrutarla cada segundo con la gente que queremos. De no peder un segundo. Todo pasa, y rápido. Hay que estar atento al goce y al regocijo que es vivir la vida con intensidad, y sin arrepentimientos. Siendo honestos, haciendo lo que nos da la ganas y siempre, pero siempre, conscientes del hoy. El mañana ya no existe y el futuro aún esta por llegar. Por eso Sugar volvió con todo; porque es optimista, alegre, festiva y tiene todos los ingredientes para sorprender.
Por Héctor Maugeri
FOTOS: Gabriel machado