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Las monarquías han cambiado con el tiempo, adaptándose a nuevas realidades políticas y sociales. A pesar de la disminución de su poder en muchas regiones, algunas casas reales mantienen una influencia significativa en sus países y en la política global.
La pregunta sobre cuál es la monarquía más poderosa del mundo no tiene una respuesta sencilla, ya que el poder de una monarquía puede medirse desde diferentes ángulos: económico, político o simbólico.
Las monarquías más poderosas del mundo
Si se considera el poder económico y político concentrado en una sola persona, el Sultán Hassanal Bolkiah de Brunei podría reclamar el título de la monarquía más poderosa del mundo.
El Sultán es un monarca absoluto que controla todos los aspectos de la vida en su país. Es no solo el jefe de Estado, sino también el primer ministro, el ministro de Defensa y el ministro de Finanzas, concentrando en su persona todo el poder del gobierno. Además, es uno de los hombres más ricos del planeta, con una fortuna personal de aproximadamente US$30 billones.
Brunei es un país pequeño, pero su vasto suministro de petróleo y gas natural le ha dado al Sultán Bolkiah un inmenso poder económico. Este control sobre los recursos del país ha permitido que mantenga un alto nivel de vida tanto para él como para los ciudadanos, con políticas que incluyen educación y atención médica gratuitas.
En términos de poder regional y geopolítico, las monarquías de Arabia Saudí y los Emiratos Árabes Unidos (EAU) dominan el panorama.
Arabia Saudí, con su vasto territorio, su papel crucial en la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y su liderazgo en el mundo musulmán, es una de las monarquías más influyentes a nivel global. El rey Salman bin Abdulaziz sigue siendo la figura oficial del poder, pero su hijo y heredero, el príncipe Mohammed bin Salman (MBS), es quien dirige el país en la práctica.
Bajo el liderazgo de MBS, Arabia Saudí ha llevado a cabo reformas económicas y sociales importantes, pero también ha tomado decisiones polémicas, como su papel en la guerra de Yemen. A pesar de las críticas, sigue siendo un actor clave en la política del Golfo y más allá, debido a su vasto poder económico basado en las reservas de petróleo y su influencia religiosa.
Los Emiratos Árabes Unidos, con su estructura monárquica presidida por el jeque Mohammed bin Zayed Al Nahyan, han crecido hasta convertirse en uno de los centros económicos más importantes del mundo. Dubái y Abu Dabi han aprovechado sus recursos naturales y estratégicos para transformarse en centros de comercio, finanzas y turismo globales.
Aunque el Reino Unido y Japón no tienen monarquías con un poder político directo como las mencionadas en el Golfo o Brunei, su influencia global es inmensa desde el punto de vista cultural y simbólico.
La monarquía británica, liderada por el rey Carlos III, sigue siendo una de las más respetadas y reconocidas del mundo. No solo juega un papel ceremonial en el Reino Unido, sino que sigue siendo un símbolo de estabilidad y tradición para muchos países de la Commonwealth.
En Japón, el emperador Naruhito es el único monarca en el mundo con el título de emperador. Aunque su rol es principalmente ceremonial, la monarquía japonesa sigue siendo un símbolo importante para la identidad y la cultura del país.
AM
