Palacio de Drakensteyn: cómo es el lugar secreto de la reina Beatriz

El Palacio de Drakensteyn volvió a ser la residencia de la reina Beatriz luego de su abdicación, a mediados de febrero se trasladó de forma indefinida a la propiedad de las afueras Utrecht, volviéndolo su lugar secreto. Tras dejar atrás su etapa como reina en el palacio Huis Ten Bosch, la madre del rey Guillermo se cobijó en una residencia de 20 hectáreas.

Palacio de Drakensteyn: cómo es el lugar secreto de la reina Beatriz

El Palacio de Drakensteyn siempre tuvo un significado muy especial para Beatriz, adquirido por ella en 1959, transformándose en su residencia oficial desde 1963 hasta 1981, junto a su marido, el difunto príncipe Claus, y sus tres hijos, el rey Guillermo, y los príncipes Constantino y Friso, quien falleció en 2013.

Luego de su abdicación, la monarca decidió regresar al lugar donde vivió, según palabras de ella misma, los años ‘más felices de su vida’. El castillo está ubicado en las afueras de Utrecht, con un jardín gigantesco y rodeado de bosques. Aunque es considerada pequeña, en comparación a otras residencias de la Corona holandesa, su extensión es de 20  hectáreas con construcciones de base octogonal.

A pesar de no haber vivido allí durante su reinado, esta siguió siendo la residencia de la familia real para alojarse durante sus jornadas de descanso, como también lo fue lugar de arribo de sus invitados. Tiene establos, una amplia biblioteca y un comedor especialmente diseñado para reuniones familiares.

Lo que diferencia a esta propiedad de otras de la Corona, es un entorno natural, rodeado de densos bosques y praderas, ofrece un refugio tranquilo y alejado del bullicio. Los terrenos incluyen jardines bien cuidados y estanques artificiales que permiten paseos relajantes y momentos de contemplación.

El interior del palacio refleja la simplicidad elegante de su propietaria, con habitaciones decoradas con una atmósfera cálida y acogedora. Se pueden apreciar combinaciones de elementos clásicos y contemporáneos, creando un ambiente hogareño que suma al contraste de las otras propiedades reales.

En 2018, la mamá del rey Guillermo fue visitada en su residencia por sus hijos y sus nietos para festejar su cumpleaños ochenta. Meses después, Máxima Zorreguieta, junto a su familia se quedarían acompañando a la hija de la reina Juliana, mientras se terminan las reformas en el Palacio Huis Ten Bosch.

El Palacio de Drakensteyn no es solo una residencia real, sino un lugar secreto y tranquilo donde la reina Beatriz puede escapar del bullicio de la vida pública, para encontrar calma rodeada de bosques. Su arquitectura encantadora, su conexión con la naturaleza y su historia rica y personal lo convierten en un lugar verdaderamente único para su legado.

VDV