domingo 17 de noviembre del 2024
INTERNACIONAL 20-07-2024 18:02

Por qué al color morado se lo relaciona con la realeza

Desde milenios, la realeza utiliza las diversas tonalidades de morado como un reflejo de poder y estatus.

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Kate Middleton hizo su segunda aparición en público este fin de semana en la final del torneo de Wimbledon, luego de estar alejada del ojo público durante largos meses por haberse estado tratando para un cáncer. Durante el torneo, la princesa de Gales lució un vestido color morado, un color que se arraiga y se relaciona continuamente con la realeza.

La nueva aparición pública de la esposa del príncipe William recobró una interrogante que siempre estuvo presente en la esfera de los royals: ¿por qué se les relaciona tanto a la realeza con la gama de los morados?

Por qué al color morado se lo relaciona con la realeza

Durante milenios, el color morado y sus variaciones estuvieron completamente relacionadas al poder ya que los pigmentos que permitían teñir telas con este color eran sumamente escasos, caros y su uso estaba limitado a ciertos grupos sociales. Su relevancia era tal que antes de que a la nobleza se le denominará como un grupo de “sangre azul”, se decía que habían “nacido en la púrpura”.

Kate Middleton
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El uso del morado y su estrecha vinculación con el poder y el estatus comienza cerca del IV a.C. con los fenicios, la civilización que logró el desarrollo de una especie de pigmento que era escaso y altamente costoso. Así, esta tribu originó la llamada púrpura de Tiro, que extraían de un caracol de la región que actualmente es Líbano.

Es importante destacar que para adquirir apenas un gramo de dicha sustancia morada se tenían que reunir miles de caracoles y, una vez obtenida, se tenía que someter a un cuidadoso proceso de secado para poder teñir telas.  Lo meticuloso del procedimiento la convirtió en una codiciada tintura a la que solo accedían las élites y más tarde las monarquías.

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La exclusividad del uso del color morado trascendió hasta los inicios de la época isabelina, alrededor de 1558. Durante esta época, los habitantes de Inglaterra estaban sometidos a las estrictas leyes suntuarias, que determinaban el uso de colores, tipo de telas y ropa que solo podían usar ciertas clases sociales. Así, se limitaba el uso del morado para la realeza británica y su prole cercana, entonces las distintas tonalidades del color fueron recurrentes en vestido y accesorios como las coronas y capas.

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En 1856, el químico William Henry Perkin dio con un tinte sintético mientras buscaba un antídoto para la malaria: un líquido oscuro que impregnaba todo lo que tocaba de una intensa púrpura. A este hallazgo, lo llamó “malveína” y además de restarle la exclusividad a la ropa morada, revolucionó toda la industria textil.

Pese a la llegada de los tintes patentados por el británico cambiaron el mundo de las telas y la ropa, el color morado sigue guardando una singular relación con las monarquías, que lo siguen usando frecuentemente o que lo institucionalizaron como un básico del armario real como ocurrió con la Reina Isabel. Además, las tonalidades violetas siguen fuertemente relacionadas con conceptos como poder y elegancia.

N.L

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