Ellen DeGeneres atraviesa un duro momento tras la denuncia por maltrato de alguno de sus invitados. La conductora del prestigioso ciclo The Ellen DeGeneres Show también fue cuestionada por una desafortunada comparación de su cuarentena con una cárcel además de los rumores por su supuesto divorcio.
Las presuntas acusaciones por malos tratos comenzó después del paso de la influencer de maquillaje Nikkie de Jager, reconocida mujer trans, quien aseguró que la entrevista con la animadora fue fría y que, al finalizar la nota, ella se negó a saludarla.
Luego, la mirada acusadora hacia Ellen se profundizó cuando, en pleno aislamiento obligatorio, la producción de su programa se desentendió de sus empleados. El ciclo se realiza ahora desde la casa de la conductora, pero con otra productora y nadie asegura que los sueldos de los anteriores trabajadores fueron pagos como corresponde.
Como si fuera poco, mediante Twitter comenzaron a salir a la luz parte de algunos "destratos" que la animadora tiene para los trabajadores. El guionista Benjamin Siemon, por ejemplo, reveló que todos los que van a hablarle a su oficina deben antes mascar un chicle porque detesta el mal aliento y si cree que alguien huele mal lo obliga a volver a su casa a bañarse. A esas acusaciones se sumaron otras de personas que fueron de público a las grabaciones e incluso mozos y empleados de comercios.
Para culminar con la serie de eventos desafortunados, los rumores de divorcio con Portia De Rossi se hicieron eco en los principales portales de la prensa del corazón cuando se habló de una ruptura que podría costarles al menos $ 400 millones de dólares.
¿Será el ocaso de su carrera?
