Paris y sus tejados grises... ¿Quién no ha querido alguna vez asomarse por aquellas ventanitas de áticos enigmáticos que conforman su paisaje urbano tan singular?
En su tercer desfile y primero de Prêt-à-Porter, Virginie Viard para la Maison Chanel, rinde homenaje a la arquitectura de la cuidad que vio nacer a una casa de moda icónica, y que a través de los años ha sabido conservar su ADN, aggiornándose a contextos y cabezas creativas diversas. Una firma que a través del tiempo forja identidad, atemporalidad, estilo y sostenibilidad.
Una vez más Chanel para su colección SS 2020, supo entrelazar la personalidad de una ciudad identificable por el paisaje de sus techos con chimeneas y ventanitas de claraboya, con ese “sello” indiscutido y tan único.
Chanel es París: chic, elegante y sofisticada. Masculina y femenina. Refinada y capaz de representar la esencia de esa mujer que quiere serlo todo: atrevida, moderna, audaz, y distinguida.
Así, la maison francesa nos regaló en el último desfile de la semana de la moda una colección para mujeres jóvenes que alejadas del “trash y zapatillas” -tan en boga- y desnudó a una mujer femenina y exquisita basada en la herencia de Coco.
Con zapatitos de taco apenas pronunciado, trajes monopieza entalladas, conjuntos de short acompañados de sacos rectos al cuerpo, y bermudas chupin 3/4, desfilaron el icónico género tweed en distintos tonos de rosa, rojo, blanco, negro, y azul realzando de una manera extraordinaria a esta mujer “flapper” de los años ‘20. Accesorios sutiles, perlas y cadenas complementaron armoniosamente en casi ausencia de logos, a polleras campana de seda y camisas de gasa.
Algunas chaquetas cortas en cuero negro y filetes colorados no podían faltar dándole a la colección un leve toque funky. Y brillos sutiles, vestidos con discretos volados, tonos en grises y algunos metálicos se asomaron por los tejados de zinc en perfecta fusión con la escenografía.
Hacia el final del show, blancos y negros en sus versiones de faldas cortas, largas en seda y organza, vestidos fluidos junto a blusas con delicados jabot, se deslizaron por los techos parisinos creando una escena cinematográfica chic y elegante.
Una vez más Viard no perdió el ritmo y nos mostró una colección sofisticada en el marco de una arquitectura parisina que cuenta una historia propia y reconocible. Historia de la cual Chanel sin dudas es también acreedora.