Editora Ejecutiva del Área de Entretenimiento. Se ha especializado en moda y lifestyle. Ha trabajado en la revista CARAS y actualmente es parte de Marie Claire. Ha sido profesora de Espectáculos en el Máster de periodismo que imparte Editorial Perfil y tiene formación de posgrado en moda y lujo en la Universidad Autònoma de Barcelona. Mail: [email protected]
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Es amada y criticada por igual. Letizia Ortiz ha sabido conseguir con su carácter tanto amigos como enemigos en el pueblo español. Ser reina no es tarea para cualquiera, criar a dos hijas tampoco y mucho menos caerle bien a todo el mundo. Los rumores sobre un distanciamiento entre ella y su marido, Felipe VI resuenan con fuerza, así como también el motivo oculto por el cual no estaría dispuesta a divorciarse hasta que sus hijas sean mayores de edad.
Las malas lenguas dicen que la pareja de monarcas atraviesa su peor momento. Sin embargo, Letizia estaría dispuesta a seguir con el matrimonio por un importantísimo motivo que involucra a sus herederas. Es que al divorciarse, la ex periodista podría perder la tenencia de la princesa Leonor y la infanta Cristina.
Pese a que se le permitiría verlas, la actual reina consorte de España perdería todo derecho sobre sus hijas. Es decir, la custodia de jóvenes pasaría de forma automática a la corona española. Tampoco podría vivir con ellas. SI bien hubo quienes recomendaron a Ortiz que no aceptara esta cláusula, fue una de las firmes condiciones que puso la corona de don Juan Carlos y doña Sofía para ser miembro de su familia.
La Casa Real de los Borbón y Grecia no aceptará un divorcio donde la consorte se quede con la custodia de las niñas, especialmente por ambas son portadoras de "sangre azul" e incluso una de ellas será la próxima jefa de estado de España. En caso de que el divorcio se llevara a cabo, Felipe VI se encargaría de su formación, educación y todo lo relacionado a su manutención.
Cabe destacar que el abogado de Letizia se opuso a esta medida desde un principio ya que asegura que la justicia es quien únicamente debería decidir lo que ocurriría con la vida futura de las pequeñas, aunque su clienta accedió a firmar dicho pacto para poder convertirse en reina de manera oficial.