Instalados en su mansión en Los Angeles, el príncipe Harry y su esposa, Meghan Markle, disfrutan la vida en contacto con la naturaleza y alejados de los mandatos protocolares de la corona. La decisión fue entre otras desaveniencias, para poder brindarle a su primogénito, Archie Harrison, una vida sana y sin presiones.
Allegados a la familia de los Sussex, informaron que el pequeño ya comenzó a decir sus primeras palabras, ante el asombro de sus padres, quienes no pueden creer el rápido crecimiento de su bebé.
Estimulado en la lectura por su madre, quien le dedica cada día un tiempo para contarle cuentos, el niño ya sabe decir "libro" y como ama a sus dos perros, uno labrador y el otro Beagle, también comenzó a balbucear "perro".
A esas palabras se le sumaron las primeras que dijo, que fueron "mamá y papá".
Archie Harrison Mountbatten Windsor lleva una vida como la de cualquier otro ciudadano. Sus padres renunciaron al título de príncipe y son más felices viéndolo jugar a las escondidas y armar bloques.