Meghan Markle y el Príncipe Harry se instalaron en la lujosa residencia de Frogmore Cottage en Windsor State. La mansión será el lugar donde el pequeño Archie pase sus primeros años de vida y los vecinos de la zona deberán acatar estrictas reglas de protocolo para no tener roces con los duques.
Según circuló en los medios locales,“los ciudadanos no pueden (de ninguna manera) entablar conversación alguna con ellos”. Además, no deben solicitar a los duques de Sussex que les muestren al pequeño Archie Harrison. Tampoco pueden acariciar a los dos perros del matrimonio real ni ofrecerse para cuidar a su hijo o a otros que puedan nacer en el futuro y, por si eso fuera poco, ni siquiera pueden hacer llegar nada por correo al domicilio de Frogmore Cottage.
Tal como infoma el diario británico Daily Mail, las reglas fueron expuestas en una "asamblea vecinal" donde varios de los residentes manifestaron su descontento por los requisitos. Uno de ellos expuso la vulnerable situación y planteó esta posibilidad por la que deben pasar. Cabe destacar que alrededor de 400 vecinos residen próximos a los duques de Sussex, por ello, creen que estas normas son del todo “exageradas”.