domingo 08 de diciembre del 2024
SALUD 07-09-2017 08:34

Contracciones en pleno vuelo: el susto de Gisela Berger

Un especialista explicó por qué no es conveniente viajar por aire durante embarazos avanzados. Cuáles son los efectos del avión en el cuerpo. Galería de fotosGalería de fotos

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La modelo Gisela Berger, quien va a tener un hijo con Daniel Scioli, se llevó un susto en pleno vuelo semanas atrás. Según trascendió, se encontraba junto a Scioli en un avión privado perteneciente al cantante Julio Iglesias, que los trasladaba desde República Dominicana a Miami.

Berger había accedido al vuelo para no viajar sola y porque era corto, a pesar de que estaba por cumplir el octavo mes de gestación, tiempo límite en el que el médico le había permitido trasladarse por aire.

El doctor Ricardo Illia, Jefe del Servicio de Obstetricia Hospital Alemán, explicó que el octavo no es propicio para ningún viaje, ni por avión ni por tierra.

“Se trata de una etapa del embarazo donde la situación hormonal de la mujer y la sobredistensión del útero hacen posible que puedan haber contracciones o romper las membranas. Además, hay pacientes que naturalmente tienen tendencia a tener sus chicos un poco antes de lo esperado y eso no es posible saberlo con antelación, salvo en algunos casos especiales como por antecedente de nacimientos prematuros, úterochico, irritable o con malformaciones”, explicó.

Ante la pregunta de Caras Salud sobre cómo puede influir el traslado aéreo durante esta etapa de la vida, Illia contestó que el vuelo opera igual sobre cualquier futura madre, aunque la cuestión es ver si cualquier embarazada tolera de la misma forma las condiciones en las que las pone el hecho de volar, algo que por cierto, no ocurre.

“Para empezar, si el vuelo dura más de dos horas, ya la situación comienza a generar su influencia. Por ejemplo, la cabina se presuriza pero no con un nivel de oxígeno del 90% (como al aire libre) sino con un 60%. Luego de ese tiempo, el cuerpo percibe la falta relativa de oxígeno y comienza a producir más glóbulos rojos para mejorar el transporte de oxígeno. Este mecanismo espesa la sangre, lo que predispone a la embarazada (y a cualquier persona también) a presentar cuadros de trombosis”, advirtió el obstetra.

Por ende, se debe avisar a la gestante que esta situación puede suceder para que ella no permanezca quieta por mucho tiempo con el fin de no favorecer el éstasis venoso. Se le debe sugerir que cada hora camine o mueva sus piernas y que tome mucho líquido para diluir la sangre, lo que también la obligará a moverse para ir al baño.

“El Colegio Americano de Obstetras y Ginecólogos generó el consenso de que la embarazada podría volar hasta las 35 semanas, pero cada aerolínea tiene y establece sus propias regulaciones. Lo mismo sucede con la navegación. Por ejemplo si hay anuncio de sudestada, la futura madre no podrá viajar ni a destinos cortos como Colonia”, indicó Illia

Pero aclaró que“en ambas situaciones, las razones no son la preocupación por la embarazada, sino el posible problema legal de que una gestante se golpee por movimientos bruscos del barco, mientras que en los aviones, el tema radica en quién paga la nafta del descenso no programado para poder asistirla”.

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