El doctor Tomás Dupuy Cash (MN 107448), cirujano general y especialista en coloproctología, confirmó a Caras Salud que “las bridas abdominales suelen darse en la mayoría de los casos cuando hubo cirugías previas, porque cada vez que se realiza una intervención en el área (por vía convencional abierta o laparoscópica), se producen columnas fibrosas entre el intestino que puede llevar a que el intestino se pegue porque se pliega sobre sí mismo”.
“Como el intestino delgado se mueve, puede meterse alrededor de esas columnas fibrosas, se enrosca y se produce un efecto como de ‘manguera doblada’, lo que se llama una hernia intestinal interna. Es entonces que no pasa el contenido intestinal para el colon, y se acumula dentro del intestino y el estómago”, remarcó el experto. Los principales síntomas del cuadro son vómitos, distensión abdominal y falta de eliminación de gases.
“El mismo cuerpo produce mucho líquido. Se debe tener en cuenta que el intestino delgado le vuelca al colon cerca de 6 litros de líquido diarios, entre saliva, jugos gástricos y jugos biliares, que se eliminan por vómitos”, indicó. El cirujano aclaró que la gran mayoría de las bridas son en el intestino delgado, porque el órgano es móvil y que son muy raras las que ocurren dentro del intestino grueso, porque sólo tiene algunos segmentos que se mueven.
“La primera opción es el tratamiento conservador no quirúrgico, en el que se le coloca al paciente una sonda nasogástrica para ayudar a descomprimir de líquido y aire al estómago y así destrabar el intestino, algo que no siempre se puede realizar porque la distensión puede llevan a tomar una conducta más activa, y ésta es la quirúrgica” Si se interviene quirúrgicamente “no se puede decir a priori qué duración tendrá una operación”, destacó Dupuy Cash.
Y resaltó que “lo que se realiza por vía convencional es exactamente lo mismo que por vía laparoscópica, que es la opción preferible”. Incluso si se cambia de técnica dentro del quirófano de vía laparoscópica a convencional “ésto no significa que haya habido una complicación, sino que demuestra la habilidad del cirujano para evaluar qué es mejor en cada caso”. Lo que variará entre ambas técnicas es la agresión menor o mayor que se le hace a la pared abdominal y el tiempo de recuperación que le lleva al paciente, porque “no es lo mismo hacer cirugía laparoscópica en la que al tocarse mínimamente el intestino no pierde su movilidad que la cirugía abierta, donde hay que tocar el órgano con las manos y puede paralizarse”.
En concreto, lo que se realiza con cirugía laparoscópica es cortar el tracto fibroso y, si se emplea esta vía, el paciente puede volver a tomar líquidos en 48 horas. Mientras que con las intervenciones convencionales, la recuperación puede llevar entre 3 y 4 días.