Cuando estalló la crisis entre Marcelo Timelli (54) y Guillermina Valdés (36), la no presencia en Buenos Aires del conductor no hizo más que alimentar las intrigas y especulaciones. Pero ni bien Tinelli regresó de Europa, el viernes, sus primeros pasos en la ciudad delatan una crisis controlada que bien puede revertirse. El amor sustancial de los dos por su hijo, “Lolo”, de once meses, es un elemento de unión que juega un papel clave en la posible reconciliación, lo mismo que la excelente relación que conservan entre sí los integrantes de ambos clanes.
Por eso, a nadie extrañó que Tinelli lleve el viernes por la noche a un hijo de “Guille”, Paloma Ortega (12), a ver el partido de básquet de San Lorenzo por los octavos de final de la TNA, programa que compartió también con su primo, Luciano “Tirri” Giugmo (48), y su hija, Juana (12).