Es una mujer frontal, que disfrutó siempre de estar en los comentarios de todo un país, y aún así, subió la apuesta. No se esconde nunca, y dice lo que siente como pocas celebridades. Por eso, fue un paso más allá, aceptando el desafío de CARAS de realizar el ‘Test de manejos de Conflictos Thomas- Kilmann’, realizado por el reconocido licenciado en Psicología y Sexólogo Clínico Bernardo Stamateas, en el que Wanda Nara (28) se anima a desnudar sus sentimientos como nunca.
“Es un test sobre cómo cada persona enfrenta sus conflictos. Son cinco estilos diferentes con cosas positivas y cosas negativas, y evalúa cuál es el estilo predominante de tener cada estilo. El test consta de 30 preguntas, donde se evalúan distintas situaciones. No es un test de personalidad ni de salud mental, sino para ver el estilo y la actitud personal predominante frente a un conflicto”, explica Stamateas, quien entrevistó a Wanda junto a CARAS.
Bernardo Stamateas: — Frente a un conflicto, ¿es de ver sólo su punto de vista o puede pensar en las dos posturas de la gente involucrada?
— Trato de ver las dos. Me pasó, en el momento de mi divorcio, que yo pensaba las cosas negativas para mí o para la otra persona. Me ha pasado muchas veces con cosas importantes. Y a la hora de tomar una decisión, me eché atrás para no perjudicar al otro. Sentía que la solución del conflicto iba a ser más grave para la otra persona, que mi decisión podría causar más dolor del que me causaba a mí el problema que estaba viviendo y me agarraba culpa. Y hoy sé cuáles son las cosas negativas que significa estirar la agonía.
BE: — En la separación de Maxi López, ¿qué emoción predominó?
— Cuando llego al divorcio, me lleno de culpa, y eso me pasó un montón de veces. Una vez me dijeron una frase muy buena: “Uno puede evitar lo que haga o lo que no haga pero no las consecuencias”. Porque soy una persona que todo me da culpa, entonces nada me parece tan grave como enfrentar una solución como fue en su momento, el divorcio. Dejo de lado mis prioridades por pensar en el otro. Frente al matrimonio, a la separación o a los hijos, dejo de lado mis sentimientos y pienso en el otro. Después, uno puede evitar hacer ciertas cosas pero no las consecuencias de lo que uno hace.
BE: — ¿Por qué cosas siente culpa hoy? ¿O ya lo superó?
— Eso nunca se pasa. Cuando fui mamá de Valentino tenía 22 años, era muy chiquita. Me encontré siendo mamá con un montón de dudas, y para colmo, sola con un montón de cosas. Creo que una en la vida vive etapas. Vas cambiando y las cosas que te pasan alrededor también te hacen cambiar. Hoy, hubiera hecho las cosas de otra manera o no hubiera dejado pasar cosas que en su momento hice pasar. Tengo 28 años, no soy muy grande tampoco, pero con todas las experiencias y con todo lo que me pasó, hubiera frenado la bomba antes de que estalle. Tengo cuatro hijos que son mis prioridades. Pero también pienso en mí, en ir en busca de la felicidad más que nada. Ese es el mejor ejemplo que una le puede dar a sus hijos. A mí no me gustaría que el día de mañana un hijo, no sé, Benedicto, por ejemplo, me diga “no soy muy feliz, pero me la aguanto por no hacerte mal a vos, mamá o a mis hijos”. Yo creo que cada uno tiene que buscar la felicidad. Si soy feliz, también puedo hacerlos felices a mis hijos.
Mira el Video de Wanda Nara en Milán y Formentera